El Papa recuerda que todo programa apostólico debe partir desde Cristo

Al recibir a los participantes en el capítulo general de la Orden de los Agustinos Recoletos

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 5 noviembre 2004 (ZENIT.org).- «Caminar desde Cristo» es la clave que indica Juan Pablo II para toda acción apostólica y espiritual, y que ha recordado este viernes a los participantes del capítulo general de la Orden de los Agustinos Recoletos (OAR), a quienes recibió en audiencia.

Cuarenta religiosos de Italia, España, Filipinas, Panamá, Argentina, Colombia, Brasil, Costa Rica, México y Estados Unidos toman parte en Roma, desde el pasado 18 de octubre, de este «acontecimiento sumamente importante para la vida comunitaria de cada día, en sintonía con el devenir histórico», explicó la secretaría general del 53º Capítulo en una nota enviada a Zenit.

El Papa hizo hincapié, ante los capitulares, en la trascendencia de la convocatoria, «pues debe asegurar la fidelidad al propio patrimonio espiritual de manera creativa, para que brille más en nuestros tiempos el tesoro de vuestra espiritualidad y misión específicas»

La cita «es también expresión eminente de la unidad que debe reinar entre todos religiosos en torno a una misma vocación y misión en la Iglesia», añadió.

«Os exhorto a tener muy en cuenta en vuestras reflexiones y deliberaciones la clave que he indicado para todo programa apostólico y espiritual: «caminar desde Cristo» –dijo Juan Pablo II–; «este programa de siempre es el nuestro para el tercer milenio»» («Novo millennio ineunte», 29).

En este contexto les recordó que «la vida espiritual profunda» «es siempre el punto de partida de la auténtica renovación y el alma de toda iniciativa apostólica». «Nada puede sustituir a esta íntima vivencia de la fe para cumplir vuestra vocación de ser profetas del Reino de Dios», alertó el Papa a los capitulares de la OAR.

Pero además la «cualidad espiritual de la vida consagrada» se transforma en «fascinante testimonio» «en los comienzos del tercer milenio, haciendo claridad en la confusión que puede ocasionar un mundo cada vez más globalizado, irradiando paz y esperanza en tantas situaciones convulsas, manifestando la belleza inefable de Dios ante la carencia de valores supremos y dando muestras de su amor por cada ser humano, creado a su imagen, aunque tantas veces desfigurado y sometido a una mentalidad destructora, insolidaria y excluyente», recalcó.

El «progreso en la vida sobrenatural» –«cimentado en la oración asidua y la participación en los sacramentos», «en particular la Eucaristía»– es también «premisa fundamental para una acción apostólica fructuosa», aclaró el Papa .

La Orden de los Agustinos Recoletos, surgida en España en 1588 como una reforma dentro de la Orden de los Agustinos, está presente hoy en 18 países de América, Europa y Asia y contempla el progresivo aumento de religiosos –en total 1.200– de distintas nacionalidades.

Esto «es ciertamente un reto –constató el Santo Padre–, pero también una estupenda oportunidad para ahondar en las raíces del sentido comunitario, que no se basa en afinidades humanas, sino que se inspira en el misterio de la Trinidad».

Una Eucaristía presidida por el arzobispo esloveno Franc Rodé –prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica– inauguró este Capítulo general de la OAR, cuya celebración tiene lugar cada seis años. La clausura se prevé para mediados de noviembre.

Entre sus trabajos, los capitulares deberán elegir al nuevo Prior General (hasta ahora el padre Javier Desiderio Guerra Ayala) y el Consejo General.

Coincide la gran cita de la Orden con la celebración de los 1650 años del nacimiento de uno de los Padres más influyentes de Occidente, San Agustín –13 de noviembre de 354–, obispo de Hipona, filósofo, teólogo y doctor de la Iglesia.

Para celebrar el aniversario, en la tarde del próximo domingo se espera en Roma la llegada de las reliquias del santo –habitualmente veneradas en Pavía–, donde permanecerán hasta el 15 de noviembre. Los agustinos recoletos del capítulo general de la OAR acudirán a recibirlas. El Papa tendrá ocasión de venerarlas en su capilla privada, en el Vaticano.

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ZENIT Staff

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