El Papa saluda a las autoridades y a miles de personas al llegar a Barcelona

Celebrado un acto espontáneo y multitudinario de acogida en la plaza de la catedral

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BARCELONA, sábado 6 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La plaza de la catedral de Barcelona vibró esta noche con la llegada del Papa Benedicto XVI en coche al arzobispado y su esperado, aunque no previsto oficialmente, saludo y bendición desde el balcón a las miles de personas que lo aclamaban.

Banderas del Vaticano, de España y de distintos movimientos y grupos eclesiales y pancartas con imágenes de Benedicto XVI ondeaban al son de una gran ovación, se oían aplausos y cantos rítmicos con frases como “viva el Papa”, “sí, sí, sí, el Papa ya está aquí” y “ésta es la juventud del Papa”.

Ante la catedral, el coche cerrado del Pontífice pasó por un pasillo reservado entre la multitud, que llegaba hasta escasos metros del palacio episcopal, donde el Obispo de Roma pasará la noche.

A pesar de que el acto no estaba previsto en el programa oficial, que intentaba facilitar al máximo el descanso del Papa tras su llegada a Barcelona, en seguida se abrió la puerta del balcón, adornado con una bandera del arzobispado de Barcelona, y aparecieron Benedicto XVI, sonriente, y el arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach.

Ambos pronunciaron unas pocas palabras, que no pudieron ser escuchadas por la multitud a causa de una megafonía poco potente y el ruido en la plaza.

Sí fueron visibles para los congregados, sin embargo, las bendiciones y saludos del Papa, a los que los asistentes respondieron alzando las manos, aplaudiendo y con aclamaciones.

Ese intercambio supuso el punto culminante de toda una tarde de espera para muchos jóvenes -a los que al final se añadieron numerosas familias, sacerdotes, religiosos y personas de todas las edades-, en un ambiente festivo de oración y encuentro en la plaza de la catedral.

Fue un momento breve, pero el más emotivo y multitudinario, de hecho, de las primeras horas de estancia del Papa en la capital catalana, después de su llegada, a las 21,06 horas, procedente de Santiago de Compostela, al aeropuerto de El Prat, donde, al bajar del avión, saludó a los asistentes y recibió un protocolario y breve recibimiento de las autoridades.

El obispo de Sant Feliu de Llobregat, monseñor Agustín Cortés; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla; y el delegado del Gobierno español en Cataluña, Joan Rangel fueron algunas de las autoridades que lo esperaban en el aeropuerto.

Rápidamente, el Papa entró en el coche que le condujo a hasta el palacio arzobispal de Barcelona, donde cenó y pernoctó.

Tarde de espera

Ya a las cuatro de la tarde, la Plaza Cataluña acogió un baile de varios centenares de jóvenes, algunos vestidos con los colores de la bandera vaticana.

Allí y en otros puntos del centro de la ciudad se fueron congregando diversos grupos que se dirigían a la plaza de la catedral para participar en el recibimiento espontáneo al Papa.

El acto estuvo guiado por una comisión no oficial de jóvenes representantes de movimientos eclesiales, parroquias y otros grupos, que había organizado el rezo del rosario.

Cada misterio lo conducía un movimiento, con meditaciones de un sacerdote y cantos, a través de un sistema de megafonía que permitía escuchar y participar a todos los asistentes que lo deseaban.

Una de las organizadoras del acto, Myriam Puñet, explicó a ZENIT, que “los jóvenes nos hemos unido para que el Santo Padre se sienta acogido con calor por la juventud en Barcelona, una tierra tan árida, tan complicada”.

“Hemos convocado este Rosario para preparar los corazones para este encuentro tan rápido pero, esperemos, tan fecundo y tan histórico”, añadió.

Los jóvenes organizadores utilizaron especialmente medios on-line y el tradicional “boca-oreja” para convocar el recibimiento.

Durante esta noche, algunos de ellos tienen previsto colocar seis kilómetros de papel blanco y amarillo para adornar las vallas de todo el recorrido que el Papa recorrerá mañana desde el arzobispado hasta la Sagrada Familia.

Domingo intenso

Este domingo, Benedicto XVI tiene previsto salir en papamóvil a las nueve de la mañana y realizar un recorrido por diversas calles de Barcelona, en las que se espera que le aclamen miles de personas, hasta llegar al templo de Gaudí.

Allí mantendrá una entrevista privada con los reyes de España a las nueve y media y después presidirá la misa con la dedicación de la Sagrada Familia.

Tras el rezo del Ángelus, volverá al palacio episcopal siguiendo el mismo recorrido realizado a primera hora de la mañana, y comerá en el arzobispado con cardenales, obispos y su séquito.

Por la tarde, visitará la sede central de la Obra Benéfico-Social del Niño Dios e irá al aeropuerto de Barcelona, donde mantendrá un breve encuentro con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, será despedido y, a las 19,15 horas, partirá hacia Roma.

Por Patricia Navas

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ZENIT Staff

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