El Papa visitará la cárcel boliviana más conflictiva

Francisco recorrerá los pabellones del centro penitenciario en papamóvil hasta llegar a la cancha deportiva, donde tendrá un encuentro de una hora con los reclusos

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El papa Francisco se reunirá este viernes con un grupo de reclusos de la cárcel de Palmasola, la más conflictiva de Bolivia, y que ocupa 34 hectáreas en la ciudad más poblada del país, Santa Cruz de la Sierra. El Santo Padre circulará en una versión más pequeña del papamóvil por el interior de la prisión. Así, el Pontífice recorrerá el penal desde el ingreso, pasará por los pabellones de control 1, 2, 3, 4, el micro hospital, hasta llegar a la cancha deportiva, lo que le permitirá un encuentro más cercano con los internos. 

De este modo podrá apreciar como por las estrechas y trajinadas calles del centro penitenciario corretean gallinas y a sus costados se apiñan tiendas de barrio, pequeños talleres, una iglesia católica y un templo evangélico. El paisaje es parecido al de un típico pueblo de la selva boliviana, pero en realidad se trata del pabellón abierto donde viven hacinados unos cuatro mil reos a quienes el Santo Padre visitará mañana. El Pontífice tiene previsto permanecer una hora en la prisión.

El coordinador nacional de la visita papal a Bolivia, monseñor Aurelio Pesoa, ha explicado que las actividades previstas incluyen la intervención de dos reclusos, un discurso del padre Leonardo Da Silva, coordinador de la Pastoral Penitenciaria, y las palabras del Papa. Los internos regalarán a Francisco un tallado de madera.

La historia de Palmasola se remonta a 1989. Ese año, el Gobierno boliviano decidió trasladar la cárcel de Santa Cruz de la Sierra, que hasta entonces estaba en pleno núcleo urbano, a las afueras de la ciudad. En la actualidad, la prisión alberga el 36 por ciento de los presos de Bolivia. Además, las armas, la droga, el alcohol y la prostitución forman parte del paisaje.

El establecimiento carcelario está dividido en cuatro áreas independientes: PC2 es donde están alojadas las mujeres; PC3 es el área restringida para los presos más peligrosos; en PC4 están el resto de internos varones, y, en PC5, los ex policías con delitos, los menores y los presos con condenas muy bajas. En ninguna de las áreas entra la policía, excepto si se produce algún altercado fuerte, y no existe tampoco respeto a las autoridades.

Asesinos, narcotraficantes, violadores y atracadores peligrosos conviven en Palmasola, y la justicia boliviana mantiene como detenidos preventivos a casi el 85 por ciento de los reclusos del centro. El hacinamiento y la ineficacia del régimen disciplinario son factores que contribuyen a que se susciten conflictos entre los detenidos. Por eso, a finales de agosto de 2013, un niño y 34 presos murieron asesinados a manos de otros internos en una lucha por el control del sector de máxima seguridad del centro penitenciario.

Para entrar a la cárcel como detenido se paga el derecho de ingreso. La falta de infraestructuras impide que el Estado sea el que provea una celda, lo que obliga al recluso a pagar de su bolsillo un alquiler por un lugar. Y si no tiene capacidad económica, su opción es la de compartir un espacio con algún otro interno o buscar un lugar en las gradas, debajo de ellas, o en los pasillos.

En este sentido, Palmasola es una prisión donde se pueden observar los extremos de las diferencias sociales y económicas. Un lugar donde los reos conviven con sus familias y donde más de un centenar de niños son víctimas de la dura realidad de la cárcel que los hace más vulnerables. La presencia de menores en este centro penitenciario situado a 15 kilómetros de la capital cruceña ha despertado preocupación en organismos internacionales y autoridades gubernamentales.

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Iván de Vargas

Profesional de la comunicación con más de 15 años de experiencia en la información religiosa. A lo largo de su dilatada trayectoria, ha desempeñado diferentes responsabilidades: delegado diocesano de Medios de Comunicación Social de Córdoba y director de la Revista Primer Día; director de comunicación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM); redactor jefe del Semanario Alba, y responsable de comunicación de María Visión España, donde ha dirigido y presentado diferentes programas de TV. Asimismo, ha sido colaborador de diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales (Cadena Cope, Popular TV, Intereconomía TV, Radio Intereconomía, La Nación, Trámite Parlamentario y Municipal, Radio Inter, Radio María, Semanario Alfa y Omega, Avvenire, etc.). En este tiempo, ha estado especialmente vinculado a la cobertura informativa de las actividades del Papa y la Santa Sede. Actualmente es redactor de la agencia ZENIT. También es miembro fundador de Crónica Blanca y socio de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIP-E).

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