El Papa vuelve a clamar por la paz en Libia y Siria

Monseñor Martinelli, vicario de Trípoli, pide una tregua en los bombardeos

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 15 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI volvió a lanzar hoy un llamamiento por la paz en Libia y Siria, al concluir el rezo del Regina Coeli con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

Sobre Libia, el Papa aseguró que continua siguiendo “con gran aprensión” el “dramático conflicto armado” que “ha causado un elevado número de víctimas y de sufrimientos, sobre todo entre la población civil”.

Por ello, quiso lanzar un nuevo llamamiento urgente “para que la vía de la negociación y del diálogo prevalezca sobre la de la violencia, con la ayuda de los Organismos internacionales que están trabajando para buscar una solución a la crisis”.

“Aseguro, además, mi orante y conmovida participación en el empeño con el que la Iglesia local asiste a la población, en particular a través de las personas consagradas presentes en los hospitales”.

El llamamiento del Papa se produce un día después de que el vicario apostólico de Trípoli, monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli, quien lanzaba ayer a través de la agencia vaticana Fides un llamamiento a una tregua en los combates.

El obispo afirmó que ha enviado al ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, una carta en la que pide que el Gobierno “ponga en práctica una tregua, según lo solicitado por el Santo Padre y las Naciones Unidas”.

“Me parece lo más apropiado realizar una tregua para ayudar a los civiles a retomar el aliento. Esta noche también se han producido varios bombardeos, el más fuerte lo hemos vivido entorno a las 3. No nos dejan dormir”.

El prelado subrayó que la Iglesia local “todavía es respetada”, y que rezan “por paz y la reconciliación. Sin duda tanto de una parte como de la otra hay culpas que perdonar, pero no se puede perdonar tirando bombas», añadió.

Siria

El Papa Benedicto XVI dirigió también un pensamiento especial a Siria, “donde es urgente restablecer una convivencia basada en la concordia y en la unidad”.

“Pido a Dios que no haya más derramamientos de sangre en esa Patria de grandes religiones y civilizaciones, e invito a las Autoridades y a todos los ciudadanos que no ahorren ningún esfuerzo en la búsqueda del bien común y en la acogida de las legítimas aspiraciones a un futuro de paz y de estabilidad”, concluyó el Pontífice.

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ZENIT Staff

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