El Papa y el presidente de Kazajistán hablan de diálogo interreligioso y paz

Nursultan Nazarbayev en el Vaticano

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 6 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El diálogo interreligioso y la paz han sido dos de los temas centrales de la audiencia que concedió este viernes Benedicto XVI al presidente de la República de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev. 

En su vista al Vaticano, el jefe de Estado se reunió también con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, y con el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.

Un comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede informa que «durante los cordiales coloquios se han afrontado temas concernientes a la crisis económica a la luz de la encíclica ‘Caritas in veritate’, al diálogo interreligioso y a la promoción de la paz, en vísperas de la asunción de la presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) por parte de Kazajistán».

«Se han evocado con agrado, a nivel lateral, las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y la República de Kazajistán, así como algunos temas de actualidad de la vida del país», añade la nota vaticana.

«Se ha puesto de manifiesto la convivencia pacífica entre los fieles de diversas religiones y se ha expresado el deseo de un papel cada vez más activo de los creyentes en la vida de la nación y en favor del bien común», concluye el comunicado.

De los 15 millones de habitantes de Kazajistán, en torno al 60% son musulmanes chiítas, mientras que en torno al 40% son cristianos, principalmente ortodoxos. Hay aproximadamente 250.000 católicos en el país.

La Iglesia en Kazajistán está compuesta por la archidiócesis de Astana, dos diócesis –Karaganda y Almaty– y la administración apostólica de Atyrau.

La presencia de la Iglesia en Kazajistán se remonta al siglo II. El sitio de los obispos de Kazajstán informa que los primeros cristianos estaban entre los soldados cristianos que fueron hechos prisioneros tras la batalla que perdieron contra los persas.

El líder soviético Joseph Stalin, probablemente prestó la mayor ayuda al crecimiento de la Iglesia en el siglo XX, cuando ordenó la deportación de católicos, especialmente clero, a campos de concentración en Asia Central, incluyendo Kazajistán.

Tras la muerte de Stalin, muchos de los arrestados de los campos fueron liberados, incluyendo católicos y sacerdotes. Un cierto número de sacerdotes prefirieron quedarse en Kazajistán para ayudar a construir la Iglesia allí.

Tras la desintegración de la Unión Soviética, el Papa Juan Pablo II estableció nuevas estructuras eclesiales y entabló relaciones diplomáticas con el país en 1994. El mismo Karol Wojtyla visitó el país entre el 22 y el 25 de septiembre de 2001.

Para más información sobre la Iglesia en Kazajstán: http://www.catholic-kazakhstan.org.

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ZENIT Staff

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