El Papa y la Curia caminarán a la Navidad profundizando en Jesús, Hijo de Dios

Tema de las predicaciones de Adviento del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Profundizar en el misterio de Cristo, especialmente como Hijo, es la propuesta del predicador de la Casa Pontifica en las meditaciones que ofrecerá al Papa y a sus colaboradores como preparación a la Navidad.

La Prefectura de la Casa Pontificia ha difundido el programa de las tradicionales predicaciones de Adviento en una bellísima tarjeta navideña: reproduce el mosaico del portal de Bronce -del Palacio Apostólico del Vaticano- de la Virgen con el Niño y los santos Pedro y Pablo, obra de Cesare Rossetti y Ranuccio Semprevivo (siglos XVI-XVII).

Tres viernes consecutivos -7, 14 y 21 de diciembre- reunirán, en la capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico, junto al Santo Padre, a cardenales, arzobispos y obispos, secretarios de las congregaciones vaticanas, prelados de la Curia romana y del vicariato de Roma, superiores generales y procuradores de las órdenes religiosas que forman parte de la Capilla Pontificia, todos ellos invitados a esos momentos específicos de preparación para la Navidad.

El versículo de la carta del apóstol Pablo a los Hebreos (1,2), «Nos ha hablado por medio de su Hijo», es el eje de las predicaciones del próximo Adviento.

Como explica el predicador del Papa, el padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., en el programa, después del versículo «El Verbo se hizo carne» (Juan 1, 14), el texto bíblico más característico del tiempo navideño es el de la citada carta paulina (Hebreos 1,1-2): «Dios, que habló en tiempos antiguos […] a través de los profetas, nos ha hablado a nosotros por medio de su Hijo».

«A la luz de este pasaje –añade–, y tomando orientación del libro del Papa Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret, se procura evidenciar la novedad y la unicidad de Cristo como emergen en relación con los profetas y Juan el bautista, y con el uso que Él hace del título de Hijo».

«Fruto espiritual» de estas meditaciones, según el padre Cantalamessa, «debería ser una fe y una adhesión cada vez más convencidas a la persona del Salvador».

La prefectura de la Casa Pontificia incluye en el programa de las predicaciones las palabras de Benedicto XVI: la Iglesia «es una comunidad que escucha y anuncia la palabra de Dios. La Iglesia no vive de sí misma, sino del Evangelio, y en el Evangelio encuentra siempre de nuevo orientación para su camino».

Prosigue la cita del Papa: «Sólo quien se pone primero a la escucha de la Palabra, puede convertirse después en su heraldo. En efecto, el cristiano no debe enseñar su  propia sabiduría, sino la sabiduría de Dios, que a menudo se presenta como escándalo a los ojos del mundo» [Benedicto XVI, Discurso al Congreso Internacional en el XL aniversario de la Constitución Concliar «Dei Verbum», 16 de septiembre de 2005. Ndr.]

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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