El patriarca de Jerusalén pide a «recuperar la razón» a palestinos e israelíes

En su mensaje de Pascua, ofrece sendas hacia la paz

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JERUSALÉN, miércoles, 7 abril 2004 (ZENIT.org).- El patriarca latino de Jerusalén pide a los responsables palestinos e israelíes que recuperen la razón en medio de la actual «locura» de violencia, conscientes de que la paz exige la confianza entre los dos pueblos.

Es el mensaje que ha lanzado con motivo de esta Pascua Su Beatitud, Michel Sabbah, en el que pide sacar las lecciones de estos más de tres años de violencias, que según la Custodia Franciscana han provocado 3.780 muertos, miles de casas destruidas, y más de 100.000 olivos arrancados.

«Al celebrar la fiesta gloriosa de la Pascua observamos con gran pena la situación de muerte que rodea los Santos Lugares y todos a todos los habitantes de este país: una situación que parece sin salida, hombres perdidos que buscan la vida en las tinieblas de la muerte y de la opresión de los demás», comienza constatando el patriarca.

«Vivimos días en los que la razón está ausente y nos encontramos abandonados a la «locura de los hombres» que sólo ven la solución de la efusión de la sangre y de la aniquilación de la persona humana», añade.

«Por este motivo –aclara–, las ciudades son ocupadas y reocupadas y atacadas, las personas son asesinadas, otras son hechas prisioneras, y al mismo tiempo, el asedio continua sobre cada ciudad y aldea y toda la vida diaria es sometida a la opresión».

«¿Cómo salir de esta situación?», se pregunta Su Beatitud Sabbah. «Es necesario que los responsables recuperen la razón y admitan que toda persona humana es igual, ya sea palestina o israelí», responde en primer lugar.

«En segundo lugar –considera–, cuando la violencia se para por una parte, es necesario que se pare también por otra».

«Que los responsables aprendan la lección de lo que han hecho hasta ahora después de tres años de destrucción, sin que llegue la seguridad buscada. Han matado a miles de personas y el pueblo se ha quedado igual, reclamando su libertad», advierte.

«Y si continúan por este camino, seguirán matando a otras personas y el pueblo seguirá reclamando su libertad. La solución consiste por tanto en escuchar la voz de los oprimidos y en volverles a dar la libertad», asegura.

El «camino de la seguridad» es el opuesto al que están persiguiendo los responsables actuales, denuncia: «los corazones amigos son los únicos garantes de la seguridad».

«Y los corazones hostiles serán mañana corazones amigos, una vez que se les devuelva su libertad y su tierra –asegura–. Entonces caerá el muro que hoy se construye y al mismo tiempo caerán los muros de odio erigidos en sus corazones. Entonces florecerá la seguridad, sin necesidad e muros y de armas de destrucción».

A los católicos, en esta Pascua, el patriarca les deja esta consigna: «No os dejéis apoderar por la lógica del odio; es más, custodiad vuestra libertad de espíritu para perseverar en el amor que será vuestra redención y la de todos en esta tierra santa».

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ZENIT Staff

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