El patriarcado de Moscú pone sus condiciones al viaje del Papa

El metropolita Kirill vuelve a acusar de «proselitismo» a la Santa Sede

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MOSCÚ, 25 enero 2002 (ZENIT.org).- El diálogo con la Santa Sede y una posible visita de Juan Pablo II son posibles a condición de que el clero católico renuncie al «proselitismo» en Rusia, ha afirmado uno de los máximos representantes del patriarcado ortodoxo moscovita.

Una Iglesia católica rusa no tienen «ningún futuro», declara el metropolita ortodoxo Kirill, Smolensk, responsable del departamento de relaciones exteriores del patriarcado, al día siguiente del encuentro de representantes religiosos en Asís convocado por el Papa, en el que un vicario del patriarca Alejo II guió la representación ortodoxa rusa.

La Iglesia ortodoxa rusa ve con recelo el renacimiento de las comunidades católicas tras las décadas de persecución comunista. El régimen de Stalin había obligado a pasar por la fuerza a la Ortodoxia a los católicos de rito oriental (como el de los ortodoxos). Muchos obispos, sacerdotes, y laicos fueron martirizados o encerrados en cárceles por oponerse a esta imposición.

«Nosotros proponemos la cooperación a la Iglesia católica –añade Kirill en una entrevista concedida a la agencia AFP–. Estamos convencidos de que una Iglesia católica rusa es algo que no tiene ningún futuro ni perspectiva».

«Es necesario que nosotros pasemos del proselitismo a la cooperación, bilateral y multilateral», afirma.

Al mismo tiempo, sugiere que católicos y ortodoxos participen juntos en el diálogo con las instituciones europeas de Bruselas.

El metropolita insiste en que la labor de los misioneros católicos en tierras rusas «no es correcta». «No hay que profesar la fe católica aquí, sino trabajar con la Iglesia ortodoxa para reforzar los valores cristianos», afirma.

Deplora también el que Juan Pablo II viajara a Ucrania, en junio pasado, a pesar de la oposición de Alejo II. Esta visita del pontífice «no ha sido una catástrofe», pero «no ha aportado nada a las relaciones católico-ortodoxas».

El obispo de Roma sólo debería venir a Rusia o encontrarse con Alejo II cuando los problemas pendientes se arreglen, estima el metropolita Kirill.

En el pasado, exponentes de la Santa Sede y de la Iglesia católica en Rusia ha manifestado su disponibilidad para resolver estos problemas, pero han explicado que para superarlos se requiere precisamente establecer contactos y un diálogo que el patriarcado se niega a entablar.

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ZENIT Staff

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