El perdón «convoca» a cristianos y musulmanes en la isla filipina de Mindanao

Comienza este jueves la «Semana de Paz»

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MANILA, 27 noviembre 2003 (ZENIT.org).- En la isla filipina de Mindanao –escenario de violencia y enfrentamientos interreligiosos—, cristianos y musulmanes celebrarán con una serie de encuentros la «Semana de Paz», promovida por la «Conferencia Obispos-Ulemas», que comienza este jueves.

El organismo –que agrupa a los líderes cristianos e islámicos de Mindanao y promueve iniciativas de diálogo y de paz–, como cada año desde 1999, ha propuesto el lema de la iniciativa, que en esta edición es «Curar con el perdón: el camino para un desarrollo humano total».

Se prevén encuentros también en lugares donde los cristianos son pequeñas minorías, como en Marawi, Basilan y Jolo.

La Semana cruenta con el apoyo del gobierno. Para la ocasión, Manila ha anunciado algunos proyectos de desarrollo para el área de Mindanao y ha estipulado un «alto el fuego» con los rebeldes del «Frente Moro de Liberación Islámica» (FMLI).

Consciente de que una paz duradera requiere ir más allá de un acuerdo político, el comunicado oficial de la «Conferencia Obispos-Ulemas» afirma la necesidad de «una curación social,… una curación mediante el perdón».

Monseñor Martin Jumoad, obispo de Isabela (isla sureña de Basilan), explicó a AsiaNews.it la importancia de la Semana para los jóvenes: «Ellos son el futuro de Basilan. Debemos convencer las mentes de los jóvenes del valor de la paz».

Con 300.000 habitantes –70% musulmanes, 28% católicos–, Basilan ha sido el centro de feroces enfrentamientos entre militares y guerrilleros de Abu Sayyaf. De ahí que muchos civiles, incluido un misionero claretiano, hayan sido asesinados o secuestrados. A pesar de la Semana de Paz, la tensión es grande y la Conferencia ha solicitado la presencia del ejército.

Igualmente, en el vicariato de Jolo –900.000 habitantes; 3% de católicos— la presencia militar es importante.

Monseñor Antonio Javellana Ledesma, de la prelatura de Ipil, afirma que «la situación de violencia es constante, y está tan difundida que casi se está convirtiendo en lo normal». Por ello, es necesario volver a proponer incansablemente la reconciliación «en nuestra sociedad herida y dividida».

Establecida en 1996, la «Conferencia Obispos-Ulemas» tiene como responsables al arzobispo de Davao –y futuro presidente del episcopado católico del Filipinas–, monseñor Fernando Capalla; al doctor Mahid Mutila, de la Liga Filipina de los Ulema; y al obispo Hilario Gómez, de la Iglesia Unida de Cristo en Filipinas.

Se recurre a la Conferencia para mediar entre el ejército y la guerrilla, o para la liberación de rehenes. «Sin la asistencia y orientación de la Conferencia, los enfrentamientos entre el ejército y el FMLI se habrían transformado en una guerra religiosa», constata Norberto Gonzales, de la oficina presidencial para el Proceso de Paz.

La Conferencia ha desempeñado también un papel fundamental para la reanudación de los diálogos entre el gobierno y el FMLI. Por ello, ambas partes han solicitado a monseñor Capalla que sea consejero en las negociaciones que comenzarán en Kuala Lumpur el próximo diciembre.

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ZENIT Staff

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