El periodista Lolo será beato

Reconocido un milagro atribuido a la intercesión de Manuel Lozano Garrido 

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CIUDAD DEL VATICANO, sábado19 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Con la aprobación del decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del periodista Manuel Lozano Garrido, conocido como «Lolo», se han abierto las puertas de su beatificación.

El Papa autorizó este reconocimiento durante una audiencia que concedió en la mañana de este sábado al arzobispo Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

El milagro fue experimentado en 1972 por un niño de dos años en estado de gravísima situación (septicemia por pseudomona, tras dos operaciones quirúrgicas y  con vómitos fecaloideos) y que hoy es árbitro internacional de tenis.

Lolo, nació en Linares (Jaén) el 9 de agosto de 1920 y murió en la misma ciudad el 3 de noviembre de 1971.

Miembro de la Acción Católica, cuando todavía era adolescente, Lolo distribuía la Comunión a personas que sufrían encarcelamiento en plena guerra civil española. Él mismo fue encarcelado.

En 1942 comenzó a experimentar una enfermedad que en sólo un año le llevaría a una invalidez absoluta. En 1962 perdió la vista.

Desarrolló su trabajo profesional como periodista en medios de comunicación como el diario «Ya», las revistas «Telva», «Vida Nueva», o la agencia «Prensa Asociada»…

A pesar de su enfermedad recibió importantes reconocimientos profesionales, como el «Premio Bravo».

En 1956, fundó la Revista «Sinaí» para enfermos. Algunas de sus obras son «El sillón de ruedas» (primer libro escrito en 1961); «Las estrellas se ven de noche» (obra póstuma); o «Cuentos en ‘la’ sostenido».

El 17 de diciembre pasado tuvo lugar el traslado de los restos mortales de Lolo en una preciosa urna junto a la gruta de la Virgen que hay en la huerta del Monasterio de Carmelitas descalzas de Linares, en presencia del obispo de la diócesis, monseñor Ramón del Hoyo López; de sus dos hermanas, Lucía y Expectación; y de los amigos del futuro beato.

«Estaba también allí aquel niño  -ahora hombre- que  ‘prestó’ su grave enfermedad a Dios para que resplandeciera el poder de Dios  por la intercesión de Lolo», explica el padre Rafael Higueras Álamo, sacerdote que acompañó a Lolo en su muerte y que es postulador de su causa de beatificación.

La fecha de la beatificación de Lolo todavía no ha sido revelada.

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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