El poder de la Cruz, centro de oración por la Jornada Mundial de la Juventud 2008

Durante el mes de julio

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SYDNEY, domingo, 8 julio 2007 (ZENIT.org).- El poder transformador de la Cruz es la propuesta del mes de julio en la Campaña de Oración de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 (JMJ), un llamamiento a todos los católicos del mundo.

Se pide oración por la preparación logística y espiritual del gran evento de fe y fiesta que reunirá a cientos de miles de jóvenes del mundo en torno a Benedicto XVI en Australia.

La iniciativa es parte de las actividades de la JMJ. Para impulsarla, mensualmente se sugiere en la web de la JMJ una intención expresada en un «Tema», apoyado con «Palabras de inspiración» y la «Intercesión de la misa del Domingo».

Se da respuesta así a la exhortación de Juan Pablo II, quien decía a los jóvenes del mundo: «¡Orad y aprended a orar! Abrid vuestros corazones y vuestras conciencias ante Aquél que os conoce mejor que vosotros mismos. ¡Hablad con Él!».

En julio la oración gira en torno a la llegada de la Cruz de la JMJ y del Icono mariano a Australia.

En especial se recordará a todas las parroquias, escuelas y comunidades que «serán tocada por el poder de la Cruz de la JMJ y del Icono, llevando sanación y esperanza a los más necesitados», explica la organización.

Ésta es la «Oración de la Cruz» sugerida: «Santo Dios, que eres el Amor y la Misericordia, acudimos a Ti en la oscuridad de nuestro mundo: el peso de nuestras preocupaciones y responsabilidades, de nuestras luchas y confusión es duro. Pero en nuestra esperanza sabemos que nuestros caminos conducen a Ti, que tu Espíritu Santo está en nosotros, y que Jesús nos ha precedido como nuestro camino. Como Él llevó la cruz de todo el mundo, nos reunimos para seguirle, para recibir de Él la paz que el mundo no puede dar, la alegría que nadie nos puede quitar, y la fuerza de vida nueva. Amen».

Las «Palabras de inspiración» que sugiere la organización de la JMJ son de Juan Pablo II, del encuentro que mantuvo -justo un año antes de morir-, con los jóvenes de la diócesis de Roma como preparación para la XIX Jornada Mundial de la Juventud.

Hacía veinte años que había entregado a los jóvenes «la cruz, el madero en el que Cristo fue elevado de la tierra y vivió la “hora” para la cual había venido al mundo», como recordó en su discurso.

«Desde entonces esa cruz, peregrinando de una Jornada de la juventud a otra, está recorriendo el mundo sostenida por los jóvenes y anuncia el amor misericordioso de Dios, que sale al encuentro de todas sus criaturas para restituirles la dignidad perdida a causa del pecado», explicó.

Y confirmó a sus «queridos amigos», los jóvenes, que millones de otros jóvenes, «al mirar esa cruz, han cambiado su existencia, comprometiéndose a vivir como auténticos cristianos».

«Amadísimos jóvenes, permaneced unidos a la cruz. Mirad la gloria que os espera también a vosotros. ¡Cuántas heridas sufre vuestro corazón, a menudo causadas por el mundo de los adultos! Al entregaros una vez más idealmente la cruz, os invito a creer que somos muchos los que confiamos en vosotros, que Cristo confía en vosotros y que sólo en él está la salvación que buscáis», les exhortó.

A los dos años, en el encuentro siguiente en Roma –por la XXI Jornada de la Juventud-, se hizo entrega de la cruz -que había presidido la JMJ de Colonia- para que iniciara su itinerario hacia Sydney.

En la ciudad australiana «en 2008 la juventud del mundo quiere reunirse nuevamente en torno a Cristo para construir con él el reino de paz», dijo entonces Benedicto XVI en su homilía.

El camino de la cruz desde Colonia hasta Sydney ha pasado por los continentes y las culturas, también a través de un mundo desgarrado por la violencia.

«Doy las gracias a los jóvenes que ahora llevarán por los caminos del mundo esta cruz, en la que casi podemos tocar el misterio de Jesús -expresó-. Pidámosle que, al mismo tiempo, nos toque a nosotros y abra nuestro corazón, a fin de que siguiendo su cruz lleguemos a ser mensajeros de su amor y de su paz»

Las intenciones de oración en la Misa dominical, propuestas por la organización de la JMJ para julio, son las siguientes:

– 8 de julio (XIV Domingo del Tiempo Ordinario): «Oremos por los jóvenes, para que en su camino hacia la JMJ’08 respondan valientemente a su llamada vocacional. Roguemos especialmente por los que han sido llamados al sacerdocio y a la vida consagrada».

– 15 julio (XV Domingo del Tiempo Ordinario): «Oremos por los jóvenes, que se preparan a la JMJ’08; para que estén inspirados por el ejemplo del buen samaritano y traten a los demás con compasión y misericordia».

– 22 julio (XVI Domingo del Tiempo Ordinario): «Oremos por los jóvenes que se encaminan a la JMJ’08; que empleen tiempo en contemplar la presencia de Dios y crezcan en una atención más profunda a la Palabra de Dios».

– 29 julio (XVII Domingo del Tiempo Ordinario): «Pidamos para que los jóvenes, en sus preparativos a la JMJ’08, estén llenos de un espíritu de oración y gratitud a Dios, el Dador de todas las gracias».

«Te animamos a unirte en oración con nosotros y te agradecemos tu oración realmente tan necesitada», expresan los organizadores.

El lema que reunirá en la ciudad australiana de Sydney a jóvenes del mundo entero –del 15 al 20 de julio de 2008- es «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hechos 1, 8).

La gran cita católica mundial en Sydney está igualmente abierta a fieles de cualquier credo o de ninguno.

Más información en la web plurilingüe de la JMJ: www.wyd2008.org

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ZENIT Staff

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