LISBOA, jueves 5 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Próximamente tendrá lugar en Fátima (Portugal) el primer Congreso Nacional de Antiguos Alumnos de Seminarios, según informó hoy la agencia portuguesa Ecclesia.
El objetivo es, según explico Luís Matias, miembro de la Comisión organizadora, analizar cómo la enseñanza recibida en los seminarios ha contribuido a la formación de generaciones de portugueses, especialmente en el siglo XX.
El congreso, que según sus organizadores podría tener lugar en el Santuario de Fátima el próximo mes de abril, y en él está previsto que participen las asociaciones de antiguos alumnos de los seminarios del país, así como la Confederación Portuguesa de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica.
Según Matias, ex alumno del seminario de Leiría y hoy directivo de hospitales, además de voluntario de «Aldeas Infantiles», a pesar de que el siglo XX se caracteriza por ser «laico», «debe mucho, en todas sus dimensiones, a los seminarios».
«Hasta al menos a finales de la década de los 60, el sistema de enseñanza era muy escaso y elitista», y sin embargo, «por los seminarios, instituidos por la Iglesia para formar a sus ministros, pasaron millares de alumnos, que nunca llegaron a formar parte del clero».
«Así, de forma indirecta, los seminarios han contribuido enormemente a la vida laica portuguesa, en todos sus campos. Independientemente de las opciones y el rumbo que cada antiguo alumno haya seguido en su vida, es innegable que gran parte de la cultura y d ella vida social portuguesa pasó por los seminarios», explicó.
Precisamente, una de las características de la formación en los seminarios es su visión integral de la persona, por lo que la formación «siempre fue mucho más amplia que el estudio de las ciencias religiosas y las cuestiones de la Fe».
<p>Además de los propios miembros de la estructura eclesiástica, señala Matias, «encontramos antiguos seminaristas en la política, en la música, en las artes plásticas, en las universidades, en la solidaridad, en las estructuras militares, en la economía y en la magistratura, en la Medicina, en la economía y en la comunicación social».
«Igualmente ciertas personalidades ilustres, que no pasaron por los seminarios, fueron muchas veces influenciados por ellos a través de sus maestros», añade.
«Estamos en un momento crucial de cambio, y la gran escuela que fueron los seminarios del siglo XX (necesariamente diferentes del siglo XXI), no puede pasar desapercibida. Nuestra intención es reflexionar sobre su legado y el de sus antiguos alumnos a la Iglesia y a la sociedad del futuro», concluye.
