El presidente de la Conferencia Episcopal Española saca las lecciones de los mártires

Al inaugurar la asamblea plenaria

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MADRID, lunes, 19 noviembre 2007 (ZENIT.orgVeritas).- Monseñor Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), abrió hoy la XC Asamblea Plenaria de la CEE con un discurso en el que la beatificación de 498 mártires del siglo XX en España, que tuvo lugar en Roma el pasado 28 de octubre, ocupó casi todo su tiempo.

El presidente de la CEE defendió el derecho de «cada grupo humano» a «rememorar su historia, a cultivar su memoria colectiva», y a que de esta manera profundicen «también en su identidad», aunque para monseñor Blázquez, «recordamos la historia no para enfrentarnos sino para recibir de ella o la corrección por lo que hicimos mal o el ánimo para proseguir en la senda acertada».

En este contexto, subrayó que «la beatificación de los mártires por la autoridad apostólica de la Iglesia no supone desconocimiento ni minusvaloración del comportamiento moral de otras personas, sostenido con sacrificios y radicalidad» y recordó que los mártires cristianos «certifican con su muerte la importancia de la fe en Dios».

«Los mártires, situados ante la alternativa, no deseada ni provocada por ellos, de renegar de la fe en Dios y así salvar la vida, o de mantenerse adheridos al Señor y así perderla, prefirieron en un gesto admirable entregar la vida temporal, confiando que de su amor omnipotente recibirían la Vida eterna», destacó el presidente de la CEE.

«Comparadas con esa alternativa sobre la vida o la muerte, otras opciones de carácter cultural, político, ideológico, o social quedan en un nivel muy distinto» añadió. Según monseñor Blázquez, «el martirio es como un test que comprueba inequívocamente la calidad de un cristiano».

En este contexto, afirmó que «los mártires proclaman con su sangre convertida en elocuente palabra: Podéis arrancarnos la vida, pero no la fe en Dios que nos ama; el poder de la Verdad, ejercido suavemente sobre nuestra conciencia, pone un límite infranqueable que nos fortalece para no ceder ni a halagos ni a amenazas. Porque el alma sólo es de Dios».

Asimismo, monseñor Blázquez dijo que «llama la atención que el ofrecimiento del perdón a los perseguidores haya sido una constante, a veces con expresiones bellísimas, de nuestros mártires».

«Hacemos memoria de un capítulo de la historia de nuestra Iglesia, muy doloroso en su tiempo y hoy hondamente gozoso, que nos invita a asimilar la magnífica lección de fe en Dios y de misericordia que nos dejaron los mártires», enfatizó el presidente.

La referencia a los mártires concluyó en su intervención con estas palabras: «Estos mártires son nuestros y dignifican a nuestras familias y comunidades cristianas, pero no son patrimonio exclusivo de nuestras Iglesias locales, ya que pertenecen a Jesucristo y por ello a la Iglesia universal. Más aún, tienen mucho que decir a nuestra sociedad y a toda la humanidad, ya que su grandeza moral levanta la calidad del mundo; su forma de morir nos dice que merece la pena buscar la fuente de donde mana semejante generosidad y entrega».

Otras cuestiones
Otras cuestiones que monseñor Blázquez abordó más brevemente en el discurso de apertura de esta Asamblea Plenaria fueron el documento «Iglesia en España y Pastoral de las migraciones», que se presentará para su aprobación en la Plenaria, cuyo objetivo es «responder a la nueva situación del fenómeno de las migraciones» que Benedicto XVI ha calificado como «uno de los signos de nuestro tiempo» y que se presenta en España como un desafío especial por su volumen y rapidez.

Según recordó monseñor Blázquez «hemos pasado de ser un país de emigración a ser uno de los países de Europa con más elevado número de inmigrantes; esta inversión, además se ha realizado en poco tiempo».

«Las cifras son elocuentes: En diez años el número de extranjeros ha pasado de 542.314 en 1996 a 4.144.166 en 2006. En los últimos cinco años se ha dado una media de crecimiento de 500.000 por año», puntualizó.

En este sentido, el documento «pretende responder a las exigencias de la nueva situación del fenómeno de las migraciones y actualizar las orientaciones y sugerencias pastorales sintonizando con las últimas directrices de la Iglesia católica».

«Un inmigrante no es sólo mano de obra para producir; es, ante todo, una persona, miembro de la familia humana, hermano nuestro, hijo de Dios. La visión humana y cristiana del hombre nos impulsa a promover la acogida, el respeto, la ayuda, la comprensión, la solidaridad», recordó.

«La integración de los inmigrantes exige, tanto por parte del país de acogida como por parte de los trabajadores y de sus familias, un esfuerzo paciente y sostenido; los inmigrantes deben ser reconocidos en sus derechos humanos y laborales y ellos a su vez deben respetar las leyes y tradiciones legítimas del país que los recibe. Si unos y otros trabajan en la búsqueda de la integración de los inmigrantes, los posibles brotes de rechazo y exclusión serán sofocados fácilmente», concluyó su reflexión sobre los inmigrantes.

Por otra parte, monseñor tuvo un recuerdo para el Centenario del nacimiento del cardenal Tarancón y recordando las dificultades del momento histórico en el que le tocó guiar a la Iglesia, monseñor Blázquez dio gracias a Dios «porque a través del cardenal Tarancón la Iglesia respondió con dignidad y clarividencia al desafío que le planteaban la aplicación del Concilio en aquella fase concreta y la transición de nuestra sociedad».

«A la distancia de varios decenios y con la perspectiva que nos proporciona el tiempo transcurrido, podemos reconocer que la Iglesia estuvo a la altura del momento histórico; y la sociedad española quedó en general satisfecha de la transición de un régimen a otro, por cuyo éxito felicitaron otros países al nuestro», comentó.

Finalmente, el presidente de la CEE recordó la primera visita de Juan Pablo II a España, de la que se cumplen 25 años, y en especial su visita a la Casa de la Iglesia y su mensaje a los obispos.

El discurso puede leerse en la página web de la Conferencia Episcopal Española (http://www.conferenciaepiscopal.es).

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ZENIT Staff

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