CIUDAD DEL VATICANO, 21 febrero 2002 (ZENIT.org).- Los posibles caminos para restablecer la paz en Oriente Medio se convirtieron este jueves en uno de los argumentos centrales de la visita que el presidente de Siria, Bashar Al-Assad, hizo a Juan Pablo II, informó el Vaticano.
Según informó el subdirector de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Ciro Benedettini, en el encuentro se afrontaron, además, las relaciones entre Siria y la Santa Sede, tras la «histórica» visita realizada por el Papa a Damasco del 5 al 7 de mayo del año pasado.
En ese país de algo menos de 17 millones de habitantes, los católicos constituyen el 2% de la población, mientras que los musulmanes en sus diferentes confesiones alcanzan el 86%.
Durante su visita a Damasco, Karol Wojtyla se convirtió en el primer Papa en pisar una mezquita. En esta ocasión, el pontífice interrumpió sus Ejercicios Espirituales de manera excepcional para poder entrevistarse con el presidente.
El líder sirio, de 36 años, y el obispo de Roma estudiaron cuales pueden ser «los caminos para restablecer la paz en Oriente Medio y en particular en Tierra Santa, en virtud de las conocidas resoluciones de las Naciones Unidas», informó el padre Benedittini en un comunicado oficial.
Tras la audiencia privada, Al-Assad mantuvo una larga reunión sobre estos mismos argumentos con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado.
En ese segundo encuentro participaron también el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Farouk Al-Shara, y el «ministro» de Exteriores vaticano (secretario para las Relaciones con los Estados), el arzobispo Jean-Louis Tauran.
Bashar Al-Assad asumió la guía de Siria en el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafez Al-Assad, quien había gobernado el país durante treinta años.
