El presidente del episcopado filipino condena una propuesta de ley de control de población

Desmiente que la causa de la pobreza sea el elevado número de hijos

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MANILA, viernes, 27 agosto 2004 (ZENIT.org).- De «sistema coercitivo contra las parejas» califica este viernes monseñor Fernando Capalla –arzobispo de Davao y presidente de la Conferencia Episcopal filipina— una propuesta legislativa de control de población que pretende limitar a dos el número de hijos de las parejas en el país asiático.

«La Iglesia pide al gobierno que erradique la corrupción y la pobreza antes de atacar la santidad de cada familia con el control de los nacimientos», expresa el comunicado del prelado, del que se hace eco «AsiaNews.it».

Y es que «la ley de los dos hijos no es necesaria, es perjudicial y no es practicable», alerta el presidente del episcopado de Filipinas.

El controvertido proyecto, del diputado Edcel Lagman, se denomina «Ley sobre la salud reproductiva» y fue presentado la semana pasada en el Parlamento el país con la tasa anual de crecimiento de población más elevada del mundo: 2,36%.

La intención de la norma es plantear el control de los nacimientos incentivando económicamente a las familias para que tengan sólo dos hijos. El paquete de beneficios incluye ventajas fiscales, becas de estudio preferenciales y diferentes descuentos.

El proyecto de ley adelanta que «el Estado adoptará una política atenta a la salud reproductiva para un desarrollo humano sostenible» y anima a «limitar el número de hijos por familia, hasta un máximo de dos». «De este modo se podrá alcanzar una tasa de crecimiento demográfica satisfactoria», asegura.

Lejos de tener su origen en el alto número de nacimientos –una tesis «simplista»–, «las razones de la miseria de tantos filipinos son otras –denuncia monseñor Capalla–: la corrupción gubernamental, la escasa calidad de los servicios educativos y sanitarios, la injusta y desequilibrada distribución de la tierra y de los recursos naturales, la elevada desocupación y el gran peso de la deuda externa».

«La Iglesia esta dispuesta a trabajar con el gobierno para combatir las raíces de la pobreza y para asegurar un desarrollo auténtico del pueblo, y no para disminuir el pueblo para el desarrollo», asegura el comunicado.

Pero «la ley de los dos hijos –puntualiza el prelado– es un velado sistema coercitivo que destruye la libre conciencia y el derecho natural de las parejas a escoger el numero de hijos».

Y además «la ley de los dos hijos difunde la mentalidad contraceptiva y abortista que se contrapone a la cultura de la vida».

El abogado Jo Imbong, secretario de la oficinal legal de la Conferencia Episcopal filipina, ya había adelantado que la propuesta de ley «viola el mandato constitucional del Estado de reforzar la familia y ayudarla a su desarrollo».

Según su criterio, además de ser «una ofensa para los derechos de la familia», la pretendida norma «viola la libertad religiosa de los esposos, que no significa sólo la libertad de credo, sino que comprende también la libertad de actuar según la propia fe».

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ZENIT Staff

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