El pueblo masai denuncia la expulsión de sus tierras para que los turistas puedan ir de safari

El gobierno anuncia que desplazará a miles de familias para dejar terreno a la caza de leones y leopardos

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Los masai, etnia que vive entre Kenia y Tanzania, acaba de denunciar un plan del gobierno tanzano para promocionar la caza de leones y leopardos en sus tierras, para lo cual tiene previsto expulsa a miles de familias.

“Somos ancianos Masai de Tanzania, una de las tribus más antiguas de África. El gobierno acaba de anunciar sus planes para expulsar a miles de familias de nuestras tierras para que turistas adinerados puedan venir a cazar leones y leopardos. Se supone que las evacuaciones deben comenzar inmediatamente”, inicia su mensaje la tribu Masai.

Se estima la población masai en unos 883.000 individuos, que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional.

El año pasado, cuando la noticia sobre este plan se filtró por primera vez, casi un millón de miembros de la asociación Avaaz se unieron para ayudar. “Su apoyo y la tormenta que generó, forzó al gobierno a negar primero dichos planes, y a retrasarlos después durante meses. Pero el presidente ha esperado a que la atención internacional se diluya, y ha revivido su plan para arrebatarnos nuestra tierra. Necesitamos tu ayuda nuevamente y de manera urgente”, sigue el mensaje masai.

“Al presidente Kikwete puede no importarle Avaaz, pero está claro que él responde a la presión pública y a los medios internacionales. Puede ser cuestión de horas. Por favor, apóyennos para que podamos proteger nuestras tierras, a nuestra gente y a nuestros majestuosos animales, y díganselo a todo el mundo, antes de que sea demasiado tarde. Esta es nuestra última esperanza”.

“Nuestra gente ha vivido de la tierra durante siglos en Tanzania y Kenia. Nuestras comunidades respetan a nuestros compañeros animales y protegemos y preservamos el delicado ecosistema. Pero durante años el gobierno ha buscado lucrarse, dándole a ricos príncipes y reyes de Medio Oriente acceso a nuestras tierras para matar. En 2009, cuando intentaron desalojarnos de nuestra tierra para permitir sus frenéticas cacerías, resistimos, y cientos de nosotros fuimos arrestados y golpeados. El año pasado, príncipes millonarios dispararon desde helicópteros a los pájaros que estaban en los árboles. Estas matanzas van en contra de toda nuestra cultura”, subrayan los masai.

Ahora –informa el mensaje- el gobierno “ha anunciado que evacuará una amplia franja de nuestra tierra para dar paso a lo que será, según afirman, un corredor de vida salvaje”.

Pero muchos sospechan que es solo una treta “para permitir que una empresa de caza extranjera y sus clientes, adinerados turistas, tengan fácil acceso para disparar a majestuosos animales. El gobierno asegura que este nuevo acuerdo implica algún tipo de ajuste, pero lo cierto es que su impacto en nuestro estilo de vida será desastroso. Somos miles los que podríamos ver nuestras vidas totalmente desarraigadas, perdiendo nuestras casas, las tierras en las que pastan nuestros animales, o incluso ambas·.

El presidente Kikwete es consciente, según el mensaje, de que este acuerdo “podría ser muy controvertido para los turistas que visitan Tanzania (una fuente de ingresos fundamental para el país) y por ello no quiere enfrentarse a un gran escándalo de relaciones públicas”.

“Sabemos que si logramos generar aún más indignación global que la que conseguimos el año pasado, y hacer que la prensa escriba sobre ello, podemos persuadirle para que se lo piense bien antes de actuar. Apóyanos ahora para exigirle a Kikwete que detenga este expolio”, reitera el mensaje.

“Este asalto a nuestra tierra podría ser el final de los Masai en esta parte de Tanzania, y muchos miembros de nuestra comunidad han dicho que preferirían morir antes que verse forzados a abandonar sus hogares. En nombre de nuestra gente y de los animales que pastan en estas tierras, por favor únete a nosotros para hacerle cambiar de opinión al presidente”. “Con esperanza y determinación”, firman “los ancianos Masai del Distrito de Ngorongoro”.

Durante el periodo colonial que va entre el finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, la tierra Masai se dividió entre dos países, Kenia y Tanganika, (más tarde denominada Tanzania). Desde la independencia en los años 60 del siglo XX, cada vez mas parte de sus tierras era arrebatada para granjas privadas y ranchos, para proyectos del gobierno y parques nacionales. De hecho, seis parques nacionales actuales de Kenia y Tanzania cubren hoy más de 13.000 kilómetros cuadrados de lo que una vez fue la Tierra Masai.

Algunos gobiernos han intentado desarrollar y modernizar a los masai, alegando que conservan demasiado ganado para la tierra que usan, y por ello han tratado de implantar entre ellos programas para vender más ganado y asíello se redujera el tamaño de sus rebaños. Sin embargo más de un estudio ha demostrado que los Masai son muy eficientes y certeros en la determinación del tamaño ideal de sus rebaños, mucho mas si cabe que los granjeros occidentales, y rara vez tienen más ganado del que necesitan o la tierra puede mantener.

Estos esfuerzos de desarrollo del pueblo masai atacan a sus sistemas de acceso compartido a la tierra por la imposición de colectivos (ranchos grupales en Kenia o asociaciones ganaderas en Tanzania) o por la subdivisión de zonas comunales en terrenos privados. Mientras que este tipo de decisiones ha hecho que venga gente de fuera y algunos emprendedores Masai hayan adquirido tierra para ellos mismos, o la hayan vendido… en general lo que estas acciones han conseguido es traer pobreza a la mayoría de los masai, quienes con frecuencia se quedan con poca tierra y de la peor calidad.

Los Masai, luchan aún por proteger las tierras restantes y se han organizado para este propósito. Están luchando por conseguir el control legal sobre sus lugares sagrados en Endoinyo Ormoruwak y en Entim y Naimina Enkiyio, de forma que se protejan de la explotación comercial.

Los residentes del área de conservación de Ngorongoro están tratando de asegurar su derecho a la tierra que han habitado durante siglos para garantizar que consiguen una parte razonable del dinero que se genera en este tan popular destino turístico.

Aunque la mayoría del pueblo masai sigue practicando su religión tradicional, hoy muchos masais pertenecen a la Iglesia católica.

José Aguilar Torner, misionero, hablaba no hace mucho en la emisora de la Iglesia COPE. En Tanzania, muy cerca del Ngorongoro, en la región de Arusha vive desde hace 37 años este cordobés de la Congregación del Espíritu Santo, que realiza múltiples actividades en la zona con los más necesitados.

Afirmó que estaba lejos de la actualidad mediática, allí casi no llegan noticias, las radio locales no hablan mucho de este tema. «Deseo que el que salga sea de lo mejor, un buen pastor, cercano, que le interesen los problemas los países en desarrollo, y los que no tienen paz, para que podamos erradicar el subdesarrollo de alguna manera».

Explica que vive todos los días «situaciones bastante dramáticas, gente muy abandonada, muy necesitada». la pregunta reiterada del periodista de si siente que Dios parece dormido, ha negado dos veces. y la segunda, afirma: ¡Qué va! ¡Está presentísimo! No te puedes imaginar cómo se hace presente la Providencia divina. Si no, ¿quien podría aguantar una situación como esta? La población con la que vivo buscando el sustento diario. Dios te hace encontrar soluciones y personas que te ayudan. Él no limita su misericordia, la verdad».

Para saber más: http://www.avaaz.org/es/stand_with_the_maasai_loc/?bcikOdb&v=23745

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Nieves San Martín

Ciudad Real, España. Diplomada en Estudios Avanzados (Universidad de Almería); máster en Sistemas y Tecnologías de la Comunicación en las Organizaciones (Universidad de Ferrara, Italia, 2006); licenciada en Ciencias de la Información, rama periodismo (Universidad Complutense de Madrid, España, 1982); licenciada en Ciencias de la Educación, mención Física y Matemática (Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela, 1971) 2º premio Inserso 1985 por el conjunto de artículos publicados en el diario YA bajo el título "Urge quitar barreras a los minusválidos"; Medalla y diploma de Cruz Roja de Madrid 1986 por "la extraordinaria colaboración prestada a la organización de los actos de la Semana de la Cruz Roja en Madrid"; Accesit de UNICEF 1989 por el artículo "La convención sobre los derechos del niño prohíbe ejecutar a menores de 18 años", publicado el 8 de septiembre de 1989, en el diario YA; Diploma por la colaboración prestada, y nombramiento de "socia protectora" de la Asociación Madrileña de Ayuda al Minusválido (Madrid, 1984). Trabajó en Roma como traductora para el Vatican Information Service (1997). Consejera técnica de la ministra de Asuntos Sociales Matilde Fernández, en el Gobierno de Felipe González, y redactora jefe del Gabinete de Comunicación de la Ministra, 1991-1993. Redactora de temas sociales y luego jefa de la Sección de Asuntos Sociales y Religión, en el diario YA de Madrid, entre 1982-1990 y 1993-1996. Redactora y coordinadora de la Sección de América Latina de la revista Vida Nueva, 1982-1983 y colaboradora y coordinadora de la sección de América Latina en la misma publicación, 1983-1987. Redactora de temas políticos y sociales de la revista Crítica, 1977-1982. Entre 1971 y 1976, profesora de Física y Matemática en Enseñanza Media, en las ciudades venezolanas de Caracas, Valencia, y Mérida. Publicaciones: Matilde Huici, la tercera mujer, Narcea SA de Ediciones, Madrid 2009; Victoria Díez, una vida entre dos fuegos, editorial Sekotia, Madrid 2011.

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