El representante papal se queda en Irak para estar con los que sufren

Y garantizar su servicio a la comunidad católica del país

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BAGDAD, 18 marzo 2003 (ZENIT.orgAvvenire).- El nuncio apostólico de Juan Pablo II en Bagdad asegura que, aunque comiencen los bombardeos, se quedará en el país para manifestar su cercanía a quien sufre y garantizar su servicio a los católicos iraquíes.

El arzobispo Fernando Filoni, «embajador» papal en Irak desde hace menos de un año, afirma: «Nosotros estamos aquí y aquí permaneceremos, incluso en caso de guerra. No tenemos alternativas y, mientras nos los permitan, nos quedaremos».

El prelado explica que quiere estar «junto a los que sufren para hacerles sentir que no han sido abandonados» y asegurar «un servicio a la Iglesia local».

Por lo que se refiere a la vida de los católicos –el 2,8% de los 24 millones de habitantes del país, en su gran mayoría de rito caldeo–, el nuncio constata que sus actividades «continúan con regularidad».

«Hay cierta preocupación por parte de las familias de nuestros seminaristas –reconoce–, pero los seminarios todavía están abiertos, así como las parroquias, que se están preparando para toda eventualidad, desempeñando el trabajo programado».

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ZENIT Staff

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