El respeto del derecho a la vida promueve la paz, asegura Juan Pablo II

Al recibir al nuevo embajador de Guatemala ante la Santa Sede

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CASTEL GANDOLFO, jueves, 2 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que cuando la legislación de un país respeta el derecho natural, en particular el derecho a la vida, promueve la paz y el progreso.

Así lo explicó al recibir en la residencia pontificia de Castel Gandolfo las cartas credenciales del nuevo embajador de Guatemala, Juan Gavarrete Soberón.

«Me complace constatar que la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su ocaso natural, está constitucionalmente reconocida en su nación, y eso es un timbre de honor para Guatemala», constató el Santo Padre.

«En éste, como en otros campos, cuando la legislación civil asume los principios del derecho natural se camina hacia la paz y el progreso de los pueblos», subrayó el Santo Padre.

Dos de las tres visitas de Juan Pablo II a Guatemala, las de 1983 y 1996, tuvieron lugar cuando el país vivía todavía un dramático conflicto armado interno que duró 36 años y que provocó la muerte de unas doscientas mil personas, en su mayoría indígenas, y el desplazamiento de un millón de personas, sobre todo a México.

Firmado ya el Acuerdo de paz, el Papa regresó al país en julio de 2002 y promovió la reconciliación poniendo al país el ejemplo del Hermano Pedro de San José de Betancurt, santo de origen canario que dio su vida por los más desfavorecidos en Guatemala, a quien canonizó en una multitudinaria celebración eucarística.

«Por desgracia, aunque terminó el conflicto interno armado, Guatemala no puede ignorar la violencia que ha acosado a muchas personas», denunció el Papa en su discurso entregado al embajador.

«Quiero recordar –indicó– que entre tantas víctimas no han faltado ministros de la Iglesia y servidores del Evangelio, como monseñor Juan Gerardi, obispo asesinado en 1998, cuyo caso no ha sido aún completamente esclarecido, así como el de varios sacerdotes y catequistas».

«No se han de ahorrar esfuerzos para alcanzar la paz social en el país y la reconciliación entre todos los ciudadanos», exigió el Santo Padre.

El nuevo embajador guatemalteco ante la Santa Sede, Juan Gavarrete Soberón, nacido en Ciudad de Guatemala en 1942, es un empresario casado y con tres hijos.

Representó a Guatemala como embajador plenipotenciario en misión especial cuando Juan Pablo II tomó posesión de la cátedra del obispo de Roma hace casi veintiséis años. Durante el encuentro que tuvo Juan Pablo II con el cuerpo diplomático el 23 de octubre de 1978, le dijo: «Dígale a su presidente que urge la paz en Guatemala».

El nombre de Juan Gavarrete está ligado a las tres visitas del Papa, ya que él ha sido miembro de los comités que han coordinado esas peregrinaciones apostólicas.

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ZENIT Staff

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