El rosario a la Virgen de Guadalupe en los jardines del Vaticano

El congreso ‘Eclesia in América’ fuertemente marcado por la devoción mariana

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Por H. Sergio Mora

ROMA, martes 11 diciembre 2012 (ZENIT.org).- En una límpida y fría, si bien soleada jornada de otoño, los más de doscientos participantes del congreso Ecclesia in América, que se desarrolla del 9 al 12 de este mes de noviembre en el Vaticano, rindieron homenaje a la Virgen María con el rezo del santo rosario ante la estatua guadalupana, que se encuentra en el verde de los jardines del Vaticano.

La estatua de mármol blanco de gran tamaño, semejante a las que están en el centro de una plaza, representa al arzobispo Juan de Zumárraga con Juan Diego que le muestra su tilma o poncho, en el cual está impresa en color la Virgen de Guadalupe.

No faltó un enjambre de medios televisivos aztecas, tremendamente interesados en transmitir del otro lado del océano las imágenes de la ceremonia que intercaló cantos, con los distintos misterios del Rosario.

A continuación les proponemos algunas impresiones que sus participantes compartieron con ZENIT, en el tercer día del congreso.

“Este ha sido un momento de gran belleza y felicidad para todos los que hemos participado en este congreso”, indicó el profesor Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, la cual ha organizado el seminario.

“No se cómo tuvimos esta idea –prosiguió Carriquiry- de incluir este gesto en el centro de nuestro encuentro. Es que muchas veces en los congresos venimos para hablar y decimos y escuchamos cosas importantes, si bien lo fundamental es que estemos unidos en la oración”.

Y precisó diversas coincidencias: “Este congreso ha comenzado con una celebración eucarística en la basílica de San Pedro cuando el calendario litúrgico celebra a Juan Diego, después de la cual tuvimos la presencia y mensaje del santo padre. Y el encuentro culmina el día de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe en la parroquia de la Traspontina”.

“Además si bien todos tenemos presente –indicó el profesor uruguayo- que el 12 de diciembre es la festividad de la Virgen de Guadalupe, quizás menos, que las apariciones fueron del 9 hasta el 12, exactamente las fechas en que se realiza este congreso”.

El secretario de la Pontificia Comisión subrayó que “el papa utilizó un verbo muy importante en su mensaje inaugural: ‘retomar’, porque se trata de retomar la intuición profética de Juan Pablo II consignada en la exhortación Ecclesia in América.

Ciertamente esta exhortación apostólica –concluyó el profesor- ha estado presente en la vida de nuestra Iglesia y ha llevado a actividades importantes, si bien ahora es necesario retomarla con más fuerza con más responsabilidad, y eso es lo que estamos intentando hacer para que esto se irradie en las Iglesias de nuestro continente”.

Fray Pablo Ordóñez, maestro general de la Orden Mercedaria, consideró que “el congreso está andando que es una maravilla”, puesto que “desde la Iglesia Católica se ha propiciado un espacio de encuentro y de comunión en torno a nuestra fe. Y desde los distintos carismas, cada uno aporta algo desde su lugar de evangelización”.

“Esta quedando –indicó el número uno de la orden- el compromiso del mutuo acompañamiento, de salir afuera de los muros, para encontrar a las personas, acompañarlas con procesos, con itinerarios y sobre todo en la formación de quienes están acompañando el primer anuncio, el kerigma”. Y en un segundo momento acompañar también en alguna medida la formación de las personas que se van a encargar de la catequesis, para acompañar, fortalecer, alentar y enviar a los que están haciendo su catecumenado”.

José Vásquez, obispo de la diócesis de Austin, en Texas, Estados Unidos, se consideró “muy honrado” de poder participar en el congreso, “en el que hemos tenido muy buenas conversaciones, leyendo una vez más el documento de Juan Pablo II Ecclesia in América, que ya cumple 15 años. Y es significativo porque nos ayuda a enfocar este tiempo especial que el santo padre nos da, que es el Año de la Fe”.

Añadió que se trata de “asuntos principales e importantísimos. Como el enfoque para entender que la Iglesia necesita renovar una vez más esa fe e interpretando todo a través del evento guadalupano”.

“En mi país –concluyó- trabajar unos con otros es el reto de la Iglesia. Necesitamos colaborar y saber bien que muchos de nuestros hermanos que son inmigrantes hacen parte de la Iglesia. Nosotros en cualquier parte del continente debemos recibirnos como hermanos y trabajar como hermanos. Y saber que debemos introducir a Cristo en el mundo. La nueva evangelización nos ayuda a anunciar a Cristo que es la nueva nueva, la salvación para todos”.

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ZENIT Staff

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