El Rosario, oración de contemplación del rostro de Cristo; según el Papa

No aleja de la realidad, sino que compromete con la paz y la familia; afirma

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CIUDAD DEL VATICANO, 27 octubre 2002 (ZENIT.org).- Poco antes de concluir el mes de octubre –mes del Rosario–, Juan Pablo II ha renovado su llamamiento a rezar esta oración como un profundo momento de contemplación del rostro de Cristo.

Al rezar a mediodía de este domingo la oración mariana del «Angelus» junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice recordó que ha proclamado los próximos meses, hasta octubre de 2003, el «Año del Rosario».

«El motivo más importante para volver a proponer la práctica de Rosario es el hecho de que constituye un medio válido para favorecer entre los fieles ese compromiso de contemplación del rostro de Cristo, al que he invitado al concluir el gran Jubileo del año 2000», aclaró.

«Modelo insuperable de contemplación cristiana es la Virgen María» explicó recordando las líneas fundamentales de la carta apostólica «Rosarium Virginis Mariae», que publicó el 16 de octubre.

«Desde la concepción hasta la resurrección y ascensión al Cielo de Jesús, la Madre ha mantenido la mirada de su corazón inmaculado fija en el Hijo divino: mirada sorprendida, mirada penetrante, mirada dolorida, mirada radiante», evocó.

«Cada uno de los cristianos y la comunidad eclesial hace precisamente propia esta mirada mariana llena de fe y de amor al recitar el Rosario», explicó.

Este es el motivo, aclaró, por el que ha sugerido añadir un cuarto ciclo de misterios al Rosario, los misterios de la luz que afectan a la vida pública de Cristo.

«Como toda oración auténtica, el Rosario no aleja de la realidad –dijo el Papa respondiendo a algunas objeciones frecuentemente presentadas a esta oración–, sino que ayuda a vivir en ella unidos interiormente a Cristo dando testimonio del amor de Dios».

Por último, recordó, al igual que hace en la carta apostólica, que la paz y la familia son las dos intenciones de oración privilegiadas de quien reza el Rosario.

En particular, pidió oraciones por «el pueblo ruso, que en estos últimos días tanto ha sufrido» a causa de la operación de terroristas chechenes en el teatro de Moscú.

«Mientras rezamos por las víctimas de la reciente y dolorosa vicisitud, pidamos a la Virgen Santa que no se repitan hechos semejantes», concluyó.

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ZENIT Staff

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