SAN SALVADOR, 17 enero 2001 (ZENIT.org).- El Salvador sigue luchando valerosamente, la solidaridad interna y externa se ha puesto en movimiento con rapidez, contra la última tragedia nacional, el terremoto del pasado 13 de enero, cuando apenas se estaba recuperando de los efectos del devastador huracán Mitch.
En estos momentos se siguen produciendo sacudidas de menor grado por lo que el presidente Francisco Flores ha afirmado que el fenómeno no se puede dar por concluido.
La mitad de la población salvadoreña (seis millones de personas) está sin agua, veinte mil personas permanecen sin techo y algunas aldeas todavía están aisladas. Es el caso de Comasagua, a 28 kilómetros al sudoeste de San Salvador, en la que centenares de campesinos que trabajan en las plantaciones de café esperan todavía socorros después que la mitad de la colina se ha derrumbando sepultando totalmente la localidad.
Las sacudidas posteriores al sismo han obligado a cerrar oficinas, empresas y colegios en las zonas más golpeadas por el siniestro.
Más de cien iglesias han sufrido daños en sus estructuras, así como colegios católicos. Es el caso de los salesianos y salesianas que trabajan en el Polígono Don Bosco de Santa Tecla. Estas congregaciones comunicaron a la prensa que los daños materiales en algunas casas son importantes, pero que afortunadamente tanto la comunidad como sus alumnos no han tenido víctimas.
La Comisión Nacional de Solidaridad, organizada al efecto ( http://www.emergenciaelsalvador.telefonica.com.sv), ha informado que se necesitan: toldos o tiendas de campaña; agua y bebidas; mantas; lámparas; alimentos no precederos; baterías, equipos de primeros auxilios; letrinas portátiles; sueros; material quirúrgico; equipos para tratamiento ortopédico; antibióticos.
La movilización de la Iglesia católica es total. El papa Juan Pablo II ha hecho ya dos llamamientos a movilizarse en favor de los supervivientes y de la reconstrucción. El arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, preside personalmente la comisión organizada por la Iglesia salvadoreña para esta emergencia.
El Departamento de Emergencias de Cáritas Internacional, con sede en Roma, ha movilizado a todas la Cáritas nacionales del planeta y les ha invitado a trabajar en colaboración junto a la Cáritas de El Salvador.
