El Santo Padre advierte sobre las nuevas ideologí­as que destruyen la familia

En su encuentro con los obispos africanos, el Papa ha destacado el estupendo testimonio de caridad ante la emergencia del virus del ébola

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El Papa ha exhortado a los obispos africanos a “permanecer fieles a la propia identidad” y “ser una experiencia viva de comunión y de servicio, especialmente con los más pobres”. Así lo ha indicado durante su discurso a los participantes en el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM).

De este modo, el Papa ha afirmado que este encuentro le sirve para alentar a esta institución, señalando que “este servicio tiene el objetivo de dar respuestas comunes a los nuevos desafíos del continente, para que la Iglesia pueda hablar ‘a una sola voz’, dando testimonio de su vocación y siendo signo e instrumento de salvación, de paz, de diálogo, de reconciliación”.

Y para realizar esta misión –ha asegurado el Santo Padre– se requiere que los pastores estén libres de toda preocupación mundana y política y refuercen los vínculos de comunión con el Papa a través de la colaboración con las Nunciaturas Apostólicas. Para ello es necesaria “la comunicación fluida y directa con las otras instancias de la Iglesia”, ha observado Francisco. Al mismo tiempo, el Pontífice ha indicado que es necesario mantener “experiencias eclesiales al alcance de todos”, al igual que “estructuras pastorales sobrias”, porque “las grandes estructuras burocráticas analizan de forma abstracta los problemas y corren el riesgo de tener a la Iglesia alejada de la gente».

A propósito de las nuevas generaciones, el Santo Padre afirmó que “en África el futuro está en las manos de los jóvenes y ellos hoy están llamados a defenderse de nuevas e inescrupulosas formas de colonización como el éxito, la riqueza y el poder a toda costa, pero también del fundamentalismo y el uso distorsionado de la religión y las ideologías nuevas que destruyen la identidad de las personas y de las familias”. Y el camino más eficaz para superar la tentación de ceder a estos estilos de vida tan peligrosos es invertir en el campo de la educación, ha afirmado. Por esta razón, el Obispo de Roma ha reconocido que es necesario “ofrecer una propuesta educativa que enseñe a los jóvenes a pensar críticamente y les indique un recorrido de maduración de los valores”, a través de una pastoral escolástica que combine la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio.

Unas palabras también dedicadas a la familia. Citando a su predecesor san Juan Pablo II ha recordado que “la Iglesia está llamada a valorar e incentivar todas las iniciativas en favor de la familia como fuente privilegiada de toda fraternidad y fundamento y vía primaria de la paz”. De este modo ha hablado de las encomiables obras de tantos sacerdotes religiosos y laicos en sostén de la familia, con especial atención a los ancianos, a los enfermos y a los minusválidos:  “Sobre todo en las regiones más aisladas y remotas, sus Iglesias han proclamado el Evangelio de la vida y siguiendo el ejemplo del buen samaritano, han socorrido a los más necesitados” .

Por otro lado, Francisco ha subrayado su “estupendo testimonio de caridad” de frente a la reciente emergencia del virus del ébola y ha destacado la labor de tantos misioneros africanos que “ofrecieron su vida por permanecer junto a los enfermos”.

Al concluir su discurso, el Papa ha estimado la “preciosa contribución” de tantos sacerdotes, religiosos y fieles laicos en el anuncio del Evangelio y en el progreso social de las poblaciones. Además, ha recordado que “la evangelización comporta la conversión, es decir, el cambio interior”.

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ZENIT Staff

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