El Santo Padre llama a un campo de refugiados en Irak

Les felicitó la Navidad y les recordó que son como Jesús la noche de su Nacimiento: sin sitio, expulsado y tuvo que huir

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

El santo padre Francisco llamó este miércoles, víspera de Navidad, al campo de refugiados de Ankawa, cercano a Erbil, en Irak. Lo hizo a través de una conexión satelital con la televisión italiana Sat 2000. Las palabras del Papa, difundidas por la cadena, fueron traducidas al árabe por un sacerdote local.

Saludó a los presentes, que estaban preparados para celebrar la misa. “Os saludo a todos vosotros y os deseo una santa Navidad”, indicó el Papa.

De este modo, el Papa afirmó que son «como Jesús la noche de su Nacimiento: para él no había sitio y él fue expulsado y tuvo que huir a Egipto para salvarse. Sois como Jesús esta noche y yo os bendigo y estoy cerca de vosotros. Pensad que sois como Jesús en esta situación y esto a mí me hace rezar más por vosotros”.

Asimismo, el Papa indicó: “queridos hermanos y hermanas, estoy cerca de vosotros, muy cerca esta noche. Estoy cerca de vosotros con todo el corazón y pido a Jesús que os acaricie con su ternura y a la Virgen que os dé mucho amor”.

En ese momento se cayó la conexión y entonces el Papa siguió hablando con el estudio de TV2000 y después se resumió el mensaje a los refugiados. “Cercanía y ternura: pensad que la Navidad es la fiesta de la cercanía de Dios con nosotros y la ternura es lo que Dios hace para manifestar, la ternura de un niño y de una madre. Jesús ha dicho en dos pasajes del Evangelio donde está la vida cristiana: en las Bienaventuranzas y después en Mateo 25: Vas a visitar a los enfermos, los presos, los necesitados, cuidar de las viudas, de quien no tiene que comer o vestir, cuidar de los necesitados, que son la carne de Cristo. Esto se llama ternura”, explicó el Pontífice.

Al finalizar su mensaje, el Santo Padre recordó: “esta noche viene Jesús, viene como un niño, tierno, inocente. Los niños que están entre vosotros, los niños muertos y los niños explotados. Pensemos en los niños: Jesús Niño viene entre nosotros, es el amor y la ternura de Dios. Que el Señor nos dé la gracia de recibirlo con mucho amor. Y también pienso en los abuelos, que han vivido toda la vida y ahora sufren esta cruz. Que los ancianos nos den a todos nosotros la sabiduría de la vida. En mi corazón esta noche están los niños y los ancianos. Y ahora a todos vosotros, especialmente niños y ancianos, os bendigo de corazón”.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación