En el tradicional encuentro con los periodistas a bordo del vuelo papal, el Papa confesó los motivos que le han impulsado a visitar este país que considera como una segunda patria.
«Voy a Austria para confirmar a la gente en la fe, pues hoy tenemos necesidad de Dios y una vida sin Dios no tiene orientación», subrayó.
«El relativismo lo relativiza todo, el bien y el mal ya no se distinguen –reconoció–. Tengo que decir que tenemos necesidad de Cristo».
Benedicto XVI quiso aclarar que su viaje no es político, sino una peregrinación que busca confirmar a los austriacos «en la conciencia de sus raíces cristianas».
Consultado sobre las dificultades vividas por la Iglesia en Austria en los últimos tiempos, en parte a causa de escándalos de algunos miembros del clero, el Papa dio las gracias a «todos los que han sufrido y que en tiempos difíciles han permanecido fieles a la Iglesia y han reconocido el rostro de Cristo».
«Gracias a todos ellos, laicos y religiosos», aclaró.