El Santo Padre se ha reunido con el prepósito general de los carmelitas descalzos

Saverio Cannistà define la Orden como un lugar de acogida integral para la persona

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Esta mañana el Santo Padre se ha reunido con Saverio Cannistrà, prepósito general de los carmelitas descalzos. «Ha sido para mí una experiencia tocante porque era la primera vez que encontraba personalmente al papa Francisco, y realmente me he quedado conmovido, impresionado por su sencillez evangélica, su humildad y su pasión por la Iglesia. Yo he visto, en esto, también al religioso, el hombre que vive la condición de pobreza, el desprendimiento y que se dona completamente a la Iglesia para los servicios que la Iglesia le pide, y que lo hace de forma completamente desinteresada», ha contado Cannistrà en una entrevista a Radio Vaticana.

Además, ha explicado que el argumento del coloquio ha sido sobre todo el proyecto de renovación de la Constitución apostólica sobre monjas contemplativas. «Como se sabe, ha sido anunciado un proyecto de una nueva Constitución apostólica sobre monjas contemplativas y yo, como prepósito general de los Carmelitas y de las Carmelitas descalzas tengo por tanto un interés particular, un compromiso particular en este tema, estando  unas 10 mil monjas de clausura contemplativas presentes en nuestra Orden», ha explicado en la entrevista.

Respondiendo a la pregunta sobre qué invitación hace el papa Francisco a los religiosos, Cannistrà ha indicado que el de la autenticidad evangélica, «tener como punto de referencia el Evangelio con todo lo que el Evangelio implica, precisamente en cuanto propuesta completamente alternativa respecto a las distintas políticas, a los distintos poderes del mundo pero que pueden también instalarse dentro de la Iglesia. En este sentido, entiendo todavía mejor porqué el cardenal Bergoglio quiso llamarse «Francisco».

Finalmente, el prepósito general ha indicado que los carmelitas descalzos pueden dar «un lugar de acogida a la Iglesia. «Un lugar de acogida primero de la humanidad del Señor Jesús, así como lo han vivido Teresa de Ávila, Teresa del Niño Jesús, nuestros santos; pero después, un lugar de acogida para la humanidad de cada hermano y cada hermana con esa profundidad de acogida que no es solo acogida de las dimensiones externas de la persona, sino que busca ser una acogida integral de la persona, por tanto en la profundidad de su ser y de su espíritu», ha concluido.  

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ZENIT Staff

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