El Santo Padre y el presidente de Costa Rica promueven la colaboración Iglesia-Estado

El país ha promovido en la ONU la abolición de todo tipo de clonación humana

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 5 abril 2004 (ZENIT.org).- Las relaciones Iglesia-Estado y la situación de América Latina se convirtieron en los argumentos centrales de la audiencia que concedió este lunes Juan Pablo II al presidente de Costa Rica, Abel Pacheco.

El pontífice, en el discurso que pronunció en castellano, se complació ante el mandatario «por la colaboración existente entre la Iglesia y las autoridades de su país, el cual tengo muy presente en mi recuerdo desde que tuve ocasión de visitarlo».

«Espero vivamente que sus gentes sigan caminando sobre la base firme de una sociedad justa, solidaria, responsable y pacífica», deseó el Santo Padre.
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El Papa se despidió haciendo votos «por el progreso espiritual y material de su pueblo, por su convivencia en concordia y libertad».

La audiencia, de unos diez minutos, tuvo lugar en una sala privada junto a la Sala de Audiencias Pablo VI del Vaticano, pues el Santo Padre tenía programado inmediatamente después un encuentro con miles de universitarios de todo el mundo.

Al concluir la audiencia, el presidente centroamericano presentó a la delegación de diez personas que lo acompañaba, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Roberto Tovar Faja.

El Jefe de Estado ofreció al pontífice como regalo una pequeña escultura en polvo de mármol gris de la Virgen María, realizada por el artista costarricense Domingo Ramos. El Papa le intercambió este gesto entregándole las tradicionales monedas del pontificado.

Tras el encuentro, según confirmó después Joaquín Navarro-Valls, portavoz vaticano, el presidente costarricense se encontró con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado.

«En el transcurso de los coloquios se afrontaron temas relativos a las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Costa Rica, y problemas actuales que afectan a las relaciones internacionales, en particular, referentes a América Latina», añade en un comunicado.

El mismo director de la Oficina de Información de la Santa Sede, revela que el presidente entregó al cardenal Sodano el máximo reconocimiento de Costa Rica, la condecoración «Juan Mora Fernández», en grado de Gran Cruz Placa de Oro, y la misma condecoración en grado de Gran Cruz Placa de Plata a dos arzobispos: el argentino Leonardo Sandri, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, y el italiano Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede,

Elegido en el año 2002, el presidente Abel Pacheco, de 70 años, médico psiquiatra, alcanzó gran popularidad gracias a los programas culturales que dirigió en la televisión durante más de dos décadas.

El gobierno de Costa Rica se ha caracterizado en los últimos meses por la promoción en las Naciones Unidas de un Tratado de prohibición global de todo tipo de clonación humana.

Costa Rica, país de 3.896.000 habitantes, de los que el 87,11% están bautizados, abolió el Ejército en 1949 y lo sustituyó por una Guardia Civil que se encarga de funciones policiales y de seguridad de la nación.

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ZENIT Staff

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