ROMA, 9 mayo 2003 (ZENIT.org).- Para que la catequesis se eficaz se necesita coherencia de vida entre el catequista –en especial si es sacerdote– y lo que enseña; constatan representantes del episcopado europeo.
Así lo afirmó este jueves el obispo Cesare Nosiglia al cerrar los trabajos del congreso «Los presbíteros y la catequesis», en Roma, organizado por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (http://www.ccee.ch),
El vicegerente de la diócesis de Roma consideró que «hoy es tiempo de anuncio explícito, siempre y en todo lugar, a todos y cada uno».
Para ello, propuso partir del «estilo» mismo de Jesús, que «catequizaba con la palabra y con los gestos, con toda su vida».
«Toda persona –explicó– debe sentirse en cualquier caso acogida, escuchada, acompañada con dulzura y verdad a la vez por un sacerdote que representa al propio Cristo, manso y humilde de corazón, firme contra los falsos e hipócritas, pero dulce hacia los pecadores y débiles en la fe».
Sólo así la comunidad eclesial puede convertirse en un verdadero «ambiente vital» donde «quien entra o quien está de paso respira un clima de familia donde lo que cuenta son las personas, el saber estar y perder tiempo con cada uno sin prisas, sin un diálogo de fachada –pero sustancialmente indiferente– o peor, impositivo».
Para ello, el sacerdote debe «aprender» de los laicos y dar mayor «calidad» a su formación –inicial y permanente–, tanto en el plano espiritual como teológico y cultural, concluyó.
Participaban en el encuentro ochenta obispos y responsables nacionales de catequesis de casi 30 países europeos.
