El tema del aborto y la elección de los candidatos políticos (I)

Responde el obispo auxiliar de Río de Janeiro, Brasil

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RIO DE JANEIRO, jueves, 24 agosto 2006 (ZENIT.org).- Según monseñor Dimas Lara Barbosa, «el tema de la defensa de la dignidad de la persona humana, desde la concepción hasta su muerte natural, se está convirtiendo en una urgencia cada vez mayor en la acción de los cristianos».

En ese sentido, el obispo auxiliar de Río de Janeiro afirma que «cuestiones como el aborto y la eutanasia se convierten en un divisor de aguas para el propio electorado católico».

En el momento en que Brasil empieza a vivir el clima de las elecciones de octubre próximo, Zenit ha realizado una detallada entrevista al obispo, que será publicada en tres partes, con el fin de orientar a los electores en temas candentes de la disputa electoral.

–Según la página web del Partido de los Trabajadores (PT), partido del actual presidente y candidato a la reelección Luiz Inácio Lula da Silva, en el 13 Encuentro Nacional del PT, realizado del 28 al 30 de abril en São Paulo, fue aprobada una Moción sobre el Aborto. Allí se explica que «una de las importantes banderas es la despenalización del aborto». El texto afirma: «En este sentido siempre defendemos el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su vida. Ninguna mujer está obligada a abortar, cada una sigue sus valores y religión. Pero aquellas que tuvieran un embarazo no deseado deben ser respetadas en su decisión de abortar, sin correr riesgo de muerte o de ir a la cárcel, siendo aseguradas por el estado las políticas públicas que respondan a la atención adecuada de las mujeres en estos casos». ¿Cómo se debe comportar el fiel católico ante esta afirmación?

–Monseñor Lara: Me parece que el tema de la defensa de la dignidad de la persona humana, desde la concepción hasta su muerte natural, se está convirtiendo en una urgencia cada vez mayor en la acción de los cristianos. En ese sentido, cuestiones como el aborto y la eutanasia se convierten en un divisor de aguas para el propio electorado católico, y para todos los que acreditan y defienden el carácter sagrado de la vida humana. Ya no es posible quedarse «encima del muro».

Aquí hay diversos posibles frentes de acción. En primer lugar, es necesaria una amplia campaña de concienciación del pueblo sobre la realidad del nascituro, que ya es un auténtico ser humano desde su concepción, cuando toda su programación genética está definida. Eso no es la Iglesia quien lo dice. No se trata de una obstinación de religiosos ultraconservadores. Fue la propia ciencia la que llegó a esa conclusión. Eso está en todos los buenos tratados de embriología.

Más allá de eso, es necesario luchar por las auténticas políticas públicas en defensa de la mujer, especialmente de las gestantes. Eso incluye una adecuada atención prenatal; unidades de terapia intensiva neonatales y para la propia gestante, para los casos de embarazo de alto riesgo; un moderno sistema de seguimiento, que permita un acompañamiento multidisciplinar (con la participación de pediatras, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, psicólogos, entre otros profesionales) de los que nacen con algún tipo de problema que pueda tener repercusión en el futuro (ese sistema, gratuito, ya existe, por ejemplo, en el Hospital y Maternidad San Francisco en Jacarei, São Paulo); una distribución, en dosis adecuadas, de ácido fólico, como potente agente en la prevención de la anencefalia y otras malformaciones; el acompañamiento social, psicológico y religioso de las madres que pasan por un embarazo no deseado, fruto de estupro o de violencia, o en situación de riesgo.

–El texto de la Moción sobre Aborto del Partido de los Trabajadores dice también: «Exigimos que los/las parlamentarios del PT que participan en el «Frente Parlamentario en Defensa de la Vida-Contra el Aborto» retiren sus nombres de ese movimiento». ¿La defensa de la vida no debería ser un imperativo de los representantes del pueblo, ya que la vida es un derecho natural?

–Monseñor Lara: Con toda certeza. Por eso, yo decía que la defensa de la vida se convierte en un divisor de aguas para el electorado. Ante el descrédito de la política y de los políticos, en esas elecciones, deberíamos, literalmente, barrer del Congreso Nacional a todos aquellos y aquellas que ya tomaron posición sobre ese tema de manera inadecuada. Diversos movimientos de defensa de la vida, apoyados por el Sector Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, elaboraron un cuestionario que debería entregarse a cada candidato, para que pueda tomar postura por escrito sobre la cuestión del aborto y de la eutanasia. Y que esa toma de postura sea divulgada por todos los medios a nuestra disposición.

Además es urgente barrer del Congreso Nacional a muchos otros que no responden a las aspiraciones del pueblo. El candidato, ya sea que esté envuelto en escándalos como el «mensalão» (compra de votos de parlamentarios) y las sanguijuelas, desvíos de fondos públicos, blanqueo de dinero, ya sea que esté amenazado de casación y renunció para no perder los derechos políticos, ¿por qué le vamos a votar? Eso sería irresponsabilidad nuestra. ¡El voto no tiene precio: tiene consecuencias!

Además de eso es posible que haya candidatos que ya habían sido condenados en primera instancia, por delitos dolosos de lo más diverso, que van desde homicidios, formación de bandas y tráfico de drogas hasta delitos de abuso de poder económico o político, contra el patrimonio público o la administración pública. La prudencia manda evitar a esos candidatos, incluso aunque hayan recurrido y la sentencia no haya todavía pasado al juzgado. Y el Ministerio Público prestaría un servicio inestimable si obtuviese en la Justicia la divulgación de los nombres de esas personas, como ya hizo el Tribunal Regional Electoral de Río de Janeiro, en las últimas elecciones.

–La Orientación de la Secretaría Nacional de Mujeres del Partido de los Trabajadores, en la reunión del 16 de mayo pasado, afirmó que todas las Secretarías Estatales de Mujeres deben programar debates y actos públicos sobre el derecho al aborto. ¿Lo que vemos es una clara posición favorable al aborto del partido de Gobierno?

–Monseñor Lara: No hay duda de que existe un grupo considerable, dentro del PT, favorable a un supuesto «derecho al aborto». Ese grupo es extremamente aguerrido y organizado. Por otro lado, es importante reconocer que tampoco todos, en el partido, concordarían con esa orientación. Basta recordar que tenemos parlamentarios del PT actuando directamente en el Frente Parlamentario en Defensa de la Vida, y fueron incluso molestados en la reciente «Moción presentada por la Secretaría Nacional de Mujeres, con apoyo de la Secretaría Nacional de Combate al Racismo y aprobada por la mayoría de las/los delegadas y delegados del 13 Encuentro Nacional del Partido de los Trabajadores».

En esa moción, se exigía «que los/las parlamentarios del PT que participan en el Frente Parlamentario en Defensa de la Vida-Contra el Aborto retiraran sus nombres de ese movimiento», lo que provocó fuertes reacciones por parte de los defensores de la vida. La mayoría de los militantes del partido, sin embargo, permanece en una solemne indiferencia ante esta cuestión. Siguen apoyando «compañeros y compañeras» que son combativos militantes por el «derecho al aborto», alegando que esas personas tienen otros proyectos de elevado interés público y social.

En esas horas, me acordé de Herodes, el Grande: estaba dotado de altas dotes políticas y militares. Fué el quien construyó y amplió el Templo de Jerusalén. Lamentablemente no perdonaba ni a los niños si su poder estaba amenazado… (cf. Mt 2,13ss).

–¿Qué debe hacer el elector para no engañarse con partidos que no manifiestan de forma tan clara ideas pro aborto pero que en su seno pueden existir corrientes a favor del aborto?

–Monseñor Lara: Los
partidarios del aborto, por desgracia, están presentes en casi todos los partidos. Los indiferentes y oportunistas, más todavía. Lo importante es que cada elector procure conocer, con la mayor seguridad que le sea posible, lo que su candidato piensa efectivamente sobre la cuestión.

Otra cosa importante a considerar es que existen dos tipos de elecciones: proporcionales (concejal, diputado estatal y federal) y mayoritarias (alcalde, gobernador, senador, presidente de la República). En las mayoritarias, quien tiene mayor número de votos gana. En las proporcionales, dependiendo del partido y del número de sus electores, puede suceder que candidatos con un número menor de votos sean elegidos, mientras que otros más votados se queden fuera.

Además, en los casos de diputados estatales y federales, el elector dispone de un número bastante mayor de opciones. Mientras que en las elecciones mayoritarias, puede suceder que la elección tenga que recaer entre dos candidatos apenas. Esto sucede, sobre todo, en el caso de un segundo turno. Ahí la elección puede ser más difícil y deberá ser analizado el perfil global del candidato y de su programa de gobierno.

[La entrevista continuará el próximo viernes y domingo]

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ZENIT Staff

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