MADRID, 17 noviembre 2003 (ZENIT.org–Veritas).- El cardenal Antonio María Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española, inauguró este lunes la asamblea plenaria de este organismo lamentando que las celebraciones del 25 aniversario de la Constitución española estén ensombrecidas por el terrorismo.
Escuchaban al obispo de Madrid 80 obispos, casi la totalidad del episcopado español, reunidos en la Casa de la Iglesia.
En su intervención, el arzobispo de Madrid recordó la Instrucción Pastoral «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y sus consecuencias», aprobada por los obispos españoles hace un año, «en la que abordamos con sentido pastoral el gravísimo problema del terrorismo de ETA».
En esa Pastoral, los obispos también se referían –y el cardenal Rouco lo volvió a recordar este lunes– a que «la Constitución es hoy el marco jurídico ineludible de referencia para la convivencia».
«En esta singular etapa de nuestra historia más reciente, las enseñanzas del Episcopado Español han querido ser siempre iluminadoras para la conciencia de los fieles y orientadoras para toda la sociedad», añadió.
«La postura de la Conferencia Episcopal Española se ha guiado siempre estos 25 años por el servicio a la reconciliación y a la paz entre los españoles; afirmando y promoviendo el principio de la dignidad de la persona y de sus derechos fundamentales; haciendo opción por la suerte de los más pobres y desfavorecidos, y promoviendo la solidaridad y la unidad entre todos», prosiguió.
Para el purpurado, además, «desde antes incluso de que fuera presentada a referéndum, los pronunciamientos de la Conferencia Episcopal Española respecto a la Constitución) han sido, en general, favorables y positivos».
El arzobispo de Madrid comenzó su discurso elogiando la figura de Juan Pablo II y realizando un recorrido por sus 25 años de pontificado, marcado por «el sello de una vida gastada y desgastada heroica y casi martirialmente por el Evangelio», algo que «apenas cuenta con parangones en la historia».
El cardenal de Madrid destacó además que a este aniversario se han unido dos eventos más: la publicación de la exhortación apostólica postsinodal «Pastores gregis» (sobre los obispos) y la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta. La figura de la religiosa albanesa posee, según el presidente de la Conferencia, «un significado especial» para los obispos.
«Estamos llamados a vivir la caridad de Cristo en nuestro ministerio episcopal según el modelo de la nueva beata», apostilló. «Su presencia junto a los más necesitados de los cuidados más elementales y, sobre todo, de reconocimiento humano, tomó siempre su fuerza de la oración, de la contemplación del rostro Cristo y de su Corazón. Y ello, tanto en tiempos de bonanza espiritual como de desolación interior», añadió.
Del Papa también destacó las «muestras de predilección» que siente por España y el «experimentar su ayuda y su estímulo en las más graves coyunturas de nuestra historia: ante el grave desafío del terrorismo; en la iluminación de las relaciones con las instituciones públicas y de la nueva ordenación de la convivencia en el marco constitucional».
El cardenal Rouco definió la sociedad actual como «amenazada y afectada por un oscurecimiento de la esperanza».
«Una sociedad que sufre la pérdida de la memoria y de la herencia cristiana, deja que arraigue en su alma un agnosticismo que da su mano a una cultura laicista, que desprecia la vida y pone en crisis instituciones tan sagradas como son la familia, que propicia irremisiblemente un inusitado incremento del nihilismo, del relativismo y del pragmatismo inmanentista; posturas que matan siempre la esperanza al cerrarse a la visión transcendente de la existencia», remachó.
