El Vaticano condecora a Luis Alfonso Resck por su lucha por los derechos humanos

El profesor paraguayo de 91 años, que recibió la condecoración de «San Gregorio Magno», ha promovido durante toda su vida la doctrina de la Iglesia Católica

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El papa Francisco ha otorgado la condecoración de «San Gregorio Magno» al profesor Luis Alfonso Resck, paraguayo de 91 años, incansable luchador por los derechos humanos.  La condecoración de «San Gregorio Magno» fue entregada con el título de «comendador» y puede llevarla sobre el pecho en los actos oficiales. Toda su vida la dedicó a la defensa de los derechos humanos de compatriotas, especialmente durante la dictadura stronista (1954-1989).

El reconocimiento fue entregado por el nuncio apostólico en este país, Eliseo Ariotti, durante la misa de este domingo en la Catedral Metropolitana. Luis Alfonso Resck participó de la acción católica durante mucho tiempo. Fue un líder estudiantil y fundador de la Democracia Cristiana.

Según han informado los medios locales, el arzobispo Edmundo Valenzuela explicó que la arquidiócesis de Asunción, a través de la Nunciatura, envió una carta al Santo Padre para solicitar “la condecoración del incansable luchador por los Derechos Humanos y por promover la doctrina de la Iglesia Católica”. Además, el nuncio Eliseo Ariotti anunció ayer que en la próxima visita del papa Francisco, prevista para el mes de julio, el profesor Resck será su huésped en la Nunciatura “que ahora es su casa”.

Tras recibir la condecoración, Resck dio unas emotivas palabras en las que agradeció el reconocimiento a su lucha.

«Constituye para mí un honor recibir a través del nuncio apostólico y del Santo Padre, el papa Francisco, esta condecoración. Se lo dedico a mi eterna compañera de 65 años de casados y a mi familia», expresó. Asimismo, afirmó que el «preciado galardón» llega en lo más profundo de su corazón y ratificó su “compromiso de seguir en la lucha de impulsar los valores de los Derechos Humanos”.

Por otro lado, recordó que “vengo luchando desde el año 1940 hasta ahora. Mis casi 92 años de edad los he dedicado al Ñandejara porque vi en él no solo con la lectura sino con el testimonio que vale más que la lectura, testimonio que deja su luminosa estela para iluminar nuestra inteligencia y para impulsar la voluntad hacia el bien».

El homenajeado recordó que “los Derechos Humanos son derechos y obligaciones hacia el bien común, para dar tranquilidad en el presente y garantizar el futuro”. Y observó que “la paz es fruto de la justicia social y de la libertad. Luchemos por la paz pero luchemos por los derechos humanos, sin los cuales no hay progreso, no hay desarrollo y no hay paz. Ese fue mi compromiso y les puedo asegurar que hasta mis últimos suspiros seguiré con la lucha», afirmó.

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ZENIT Staff

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