CIUDAD DEL VATICANO, 14 julio 2003 (ZENIT.org).- Tras la guerra en Irak y en pleno proceso de relanzamiento de la paz en Oriente Medio, la promoción de las relaciones fraternas entre cristianos y musulmanes tiene una importancia decisiva, explica el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso tras una reunión organizada en Siria.
El Consejo vaticano, presidido por el arzobispo inglés Michael L. Fitzgerald, convocó en el convento de Saint Thomas, del patriarcado greco-melkita católico, en Saydnaya, Siria, del 7 al 9 julio a sus miembros, consultores, así como a algunos invitados para hacer un balance de las relaciones con el mundo musulmán.
Según explica un comunicado emitido este lunes por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, los participantes en el encuentro, que que provenían del Líbano, Jordania, Tierra Santa, Turquía, Africa del Norte, Francia y Canadá, presentaron informes «sobre la situación de las relaciones islámico-cristianas en sus respectivos países».
«Los participantes manifestaron un gran aprecio por la posición de Su Santidad el Papa Juan Pablo II y de los responsables católicos y los de las demás Iglesias en el mundo, sobre todo en Oriente Medio, sobre la paz en el mundo, por la condena de la guerra contra Irak y la petición de una paz justa y global en Oriente Medio, sobre todo en Palestina», explica el documento.
«Los participantes en la reunión de Saydnaya insistieron en la importancia del trabajo desempeñado por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso en su papel de promoción de las relaciones fraternas con los musulmanes en todo el mundo, que se ha hecho todavía más importante y urgente tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, de la guerra contra Irak, y de la agravación de la situación en Palestina», añade.
En la inauguración del encuentro asistieron Su Santidad Ignace Zakka I Iwas, patriarca siro-ortodoxo; sus Beatitudes Gregorio III Lahham, patriarca greco-melkita católico; Ignace Pierre VIII Abdel-Ahad, patriarca siro-católico; Jean-Pierre XVIII Kasparian, patriarca emérito de los armenios católicos; el arzobispo Diego Causero, nuncio apostólico en Siria.
Su Beatitud Ignace IV Hazim, patriarca greco-ortodoxo de Antioquía, estuvo representado por Su Excelencia Monseñor Ghattas Hazim, vicario patriarcal.
