El Vaticano reitera su compromiso de transparencia en la gestión de bienes

Evitar derroches sin afectar los fines de la Iglesia. No sólo confianza sino procedimientos internacionales

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Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 20 de diciembre de 2012 (ZENIT.org).- En un momento de crisis hay que evitar los derroches o dobles gastos, sin perjudicar por ellos las finalidades de la Iglesia, que no es una sociedad por acciones que va atrás del lucro, evitando sí el déficit y dando gran transparencia a su gestión. No basta la confianza en las personas, es necesario adecuarse a los procedimientos internacionales y dar transparencia a la gestión de los bienes de la Iglesia.

Esta es la finalidad del nuevo Reglamento de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede promulgado el pasado mes de febrero, en coincidencia con el adecuamiento del Vaticano a los estándares internacionales de control financiero.

El mismo fue comunicado por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado del Vaticano este martes 18, en la Sala Vieja del Sínodo, a la Curia Romana, y reiterado hoy en la sala de prensa de la Santa Sede a los periodistas reunidos en el aula Juan Pablo II.

Para explicar el nuevo reglamento intervinieron el cardenal Giuseppe Versaldi, presidente della Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede; monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, secretario de dicha Prefectura; y el contador de la misma, Stefano Fralleoni.

El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, que moderó la presentación, indicó que es un paso más en el camino hacia la transparencia de los organismos de la Santa Sede, que registró otro fundamental en julio pasado cuando obtuvo un juicio positivo de la Moneyval, un organismo de control antireciclaje de la Unión Europea,

El cardenal Versaldi reivindicó la transparencia económica que dará la aplicación del nuevo reglamento. Añadió que en la administración de “los grandes recursos que la Iglesia recibe de la generosidad de los Fieles” son necesarios reglamentos para superar una idea que existe con frecuencia en la Iglesia: “la confianza basada solamente en las personas, olvidando que son necesarios los procedimientos”.

No es, explicó Versaldi, una falta de confianza en las personas, sino de una coherencia con “uno de los dogmas de la Iglesia católica: el pecado original. Por lo tanto también el hombre bueno puede ser tentado y es necesario que existan organismo de control, sin faltar a la caridad, pero para favorecer la justicia en la verdad”. Precisó que por ello es necesario “sostener la acción espiritual de la Iglesia y su credibilidad adecuándose a los criterios internacionales”.

El purpurado recordó que la renovación estructural y funcional de la Prefectura de Asuntos Económicos, responde a una necesidad de “acertar la verdad”, lo que es “un proceso lento y gradual”, recurriendo si necesario a una evangélica “corrección fraterna”.

El cardenal Versaldi respondiendo a los periodistas a propósito de los nuevos poderes concedidos a la Prefectura sobre los presupuestos de los organismos del Vaticano indicó: “En un momento de crisis, no se puede tolerar derroches y por ello es necesario reducir las duplicaciones de funciones, sin perjudicar las finalidades institucionales, pues no somos una sociedad por acciones que corta algo si no rinde”.

Su eminencia precisó que no se prevén “particulares aumentos en las entradas” por lo que la Santa Sede deberá cortar costos y combatir derroches, mismo si algunos de ellos tuvieron finalidades buenas. Reiteró que la credibilidad de la Santa Sede encuentra respuesta en los fieles, y también en personas que no creen, pues ven las respuestas humanitarias de su actividad.

El purpurado respondió que si bien el Vaticano tiene participaciones en sociedades externas, estas no tienen fines especulativos pero son debido a la exigencia de administrar con sociedades locales el patrimonio y las donaciones recibidas por la Iglesia en diversas partes del mundo.

Por su parte el secretario de la Prefectura, monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda recordó a los presentes que el Vaticano como Estado soberano tiene responsabilidades como garantizarle el sueldo a sus trabajadores, además de las pensiones a los trabajadores y a sus familias. Y por ello no se puede permitir cerrar el balance en negativo. “Son cosas muy serias que no se pueden evaluar frívolamente” dijo.

Por lo que se refiere a patrimonios inmuebles de la Congregación de Propaganda Fide y otros, el monseñor español indicó que son un patrimonio relativamente discreto respecto a una entidad pública como un Estado. Entre las novedades está la presentación de balances separados, para las actividades pastorales y las caritativas. 

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ZENIT Staff

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