El Vaticano rinde homenaje a la defensa de la vida en Costa Rica

El nuncio Pierre Nguyên Van Tôt celebró el aniversario del Ministerio de Salud

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SAN JOSÉ DE COSTA RICA, domingo 16 diciembre 2012 (ZENIT.org).-El nuncio apostólico en Costa Rica Pierre Nguyên Van Tôt estuvo ayer por la mañana con la ministra de Salud Daisy María Corrales Díaz, y otros altos jerarcas del Ministerio de Salud, en donde ofreció un discurso por el octogésimo quinto aniversario de esta institución.

Monseñor Pierre –informa a ZENIT Pablo Zúñiga Rodríguez, de Radio María Costa Rica- fue invitado por el despacho de la ministra para que participara de la posada navideña que realizaba la entidad.

En su discurso, el representante del papa indicó que “desde este recinto, donde ahora se adora al que nació en un pesebre, también se han de gestar, promover y controlar las acciones orientadas al desarrollo y al progreso del nivel de salud de la población de Costa Rica”.

Al personal de la sede central del Ministerio de Salud, y a todos los trabajadores de la institución, el nuncio apostólico también recordó las palabras del santo padre en el que afirmaba que “los médicos y el personal sanitario que tratan con seres humanos son, «reservas de amor» que dan serenidad y esperanza a los que sufren”.

En lo referente a los avances en este campo, monseñor Pierre recordó las palabras del papa Benedicto XVI indicando que “por un lado el progreso técnico-científico aumenta la capacidad de sanar físicamente a quien está enfermo, pero por otro parece debilitarse la capacidad de hacerse cargo de los sufrientes, considerando su integralidad y unidad”.

En su discurso, el prelado dijo que “si bien es necesaria la construcción de una agenda de salud que se funde en la capacidad de gestión y en la competencia profesional de sus responsables, este hecho, por si sólo no basta pues, si los seres humanos no son vistos como personas, mujeres y hombres, creados a imagen de Dios, dotados de una dignidad inviolable, todo propósito sería inútil”.

El nuncio apostólico de Costa Rica reiteró durante la celebración que los “auténticos trabajadores por la paz son, entonces, los que aman, defienden y promueven la vida humana en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y transcendente, por lo que la vida en plenitud es el culmen de la paz”.

En el discurso, monseñor Pierre indicó también que “cada agresión a la vida, especialmente en su origen, provoca inevitablemente daños irreparables al desarrollo, a la paz, al ambiente” y que, por ende, “tampoco es justo codificar de manera subrepticia falsos derechos o libertades, que, basados en una visión reductiva y relativista del ser humano, y mediante el uso hábil de expresiones ambiguas encaminadas a favorecer un pretendido derecho al aborto y a la eutanasia, amenazan el derecho fundamental a la vida”.

En su mensaje reiteró que “la persona humana, hombre o mujer, es el ser más alto que puebla la tierra y que lleva en sí la imagen de Cristo por lo que está llamado al amor de y para con los demás.”

Al finalizar, monseñor Pierre Nguyên Van Tôt, hizo entrega de un pergamino para asegurar a todos los del ministerio de Salud, la bendición del papa Benedicto XVI.

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ZENIT Staff

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