El viaje del Papa a Malta, paso decisivo para superar la crisis

Según constata el portavoz vaticano

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El viaje de Benedicto XVI a Malta, y en particular el encuentro con víctimas de abusos de sacerdotes, ha supuesto un paso decisivo para superar la crisis que atraviesa la Iglesia católica, constata el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, hace un balance del decimocuarto viaje apostólico internacional de este pontificado en el último editorial de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano.

«El primer viaje al extranjero del Papa en este año ha sido espléndido –reconoce el portavoz–. Una vez más las preocupaciones y temores de la víspera se han demostrado injustificados. El espíritu cordial y las raíces católicas del pueblo maltés han dispensado a Benedicto XVI un acogida de una espontaneidad y de un calor memorables».

«La bienvenida fue intensificándose hasta el momento en el que el Papa fue acompañado por una flotilla de embarcaciones a través del puerto de La Valeta, y el entusiasmo final del encuentro con los jóvenes, verdadero canto de vitalidad y esperanza».

«Paradójicamente, el momento más esperado por los medios de comunicación del mundo y del que más han hablado es el único que no pudieron enfocar con las telecámaras, pues se desarrolló en la discreción de la oración y la relación más personal: el encuentro con víctimas de abusos sexuales», recuerda.

«Pero la manera en que algunos participantes han hablado del encuentro ha tocado profundamente a innumerables personas: un gran peso se les ha quitado del corazón, la curación ha comenzado, la confianza y la esperanza han renacido».

«El miércoles siguiente –recuerda el portavoz–, el Papa reconoció que ‘compartió su sufrimiento’ y su ‘conmoción’. Días antes, había dicho que la penitencia es una gracia, y llegando a Malta para conmemorar el naufragio de San Pablo había observado que este naufragio había sido un nuevo punto de partida para la fe y la esperanza de los habitantes de la isla».

«De este modo, el encuentro con las víctimas ha encontrado su significado de esperanza en el contexto del encuentro del Papa con una Iglesia viva y un camino capaz de reconocer sus heridas con sinceridad, pero también de obtener la gracia de la regeneración. Necesitábamos este mensaje», concluye Lombardi.   

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ZENIT Staff

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