Electo cardenal egipcio habla sobre la Iglesia en Oriente Medio

Su Beatitud Antonios Naguib, relator general del actual Sínodo de Obispos

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 20 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Dentro de los participantes en la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de Obispos hay un padre sinodal que forma parte de los 24 nuevos cardenales que ha nombrado el Papa Benedicto XVI para el próximo consistorio del 20 de noviembre (sin contar a los presidentes de los dicasterios de la Santa Sede).

Se trata de Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos en Egipto.

En marzo de 2006 fue elegido patriarca de Alejandría de los Coptos y es también el presidente de la Conferencia Episcopal de este país.

El prelado participó ayer de un encuentro con los periodistas en la sala de prensa de la Santa Sede, luego de las intervenciones de la mañana durante la Asamblea Sinodal para Oriente Medio.

No estigmatizar a los musulmanes

Su Beatitud Antonio Naguib advirtió los peligros de la islamofobia, cuando se equipara el islamismo con el terrorismo: “¿Cuántos musulmanes hay en el mundo?”, preguntó, a lo que él mismo respondió: 1.200 millones.

“Si dijéramos que el 10% son terroristas, tendríamos 120 millones” y con ello concluyó: “si hubiera 120 millones de terroristas en el mundo no habría ninguna forma de vida”.

“He ahí el mensaje” dijo. “Sabemos que la cuestión se puede resolver, que es posible encontrar puentes, reunir ideas, ayudar a madurar, combatir. Es algo factible”.

Oriente Medio, añadió, ha sufrido “días negros, cuando los cristianos eran perseguidos y se refugiaron en los países musulmanes cercanos”, pues ambos credos han vivido juntos durante 14 siglos. “Vivimos bien, somos cercanos a los musulmanes”.

El futuro cardenal trajo a colación un ejemplo cotidiano que se vive en su comunidad: “Una madre musulmana que va de compras, pasa donde su vecina cristiana y llama a la puerta para decir ‘por favor, ¿me puedes cuidar los niños hasta que regrese?’”

“¿Hay un diálogo más fuerte que este?”, preguntó el patriarca egipcio a los periodistas. “No digo que no haya dificultades, pero digo que los problemas los debemos afrontar con racionalidad y entender la situación para poder encontrar las soluciones más adecuadas”.

Con respecto a los resultados del Sínodo en las iglesias particulares Su Beatitud Naguib aseguró: “no sé si los fieles sentirán directamente que el Sínodo resuelve sus problemas. Esa es tarea nuestra”.

Y dijo que los frutos dependerán, además de la acción del Espíritu “de la valentía de los obispos, de su trabajo y de la capacidad de comunicar el mensaje que llegue del Santo Padre”.

En búsqueda de la paz

Frente a la pregunta de un periodista sobre el tráfico de armas de Oriente a Occidente Su Beatitud Antonios Naguib aseguró: “Si el mundo cada mes ahorrase lo que gasta un día en armas, podría combatir la pobreza en todo el mundo”.

“Con la suficiencia económica disminuiría este sentido de rabia, de querer vengarse de todo el mundo sin razón”, puntualizó.

Sin embargo, dijo que no creía que en las conclusiones del sínodo se incluyera este punto: “La Iglesia no tiene un papel político. Es más bien un papel de pastor”.

Celibato

Uno de los periodistas le preguntó sobre el tema de los sacerdotes casados, por el hecho de que el Código de Derecho Canónico Oriental haga una excepción y permita a hombres que han contraído matrimonio, ordenarse sacerdotes.

Esta excepción se hace en las iglesias de ritos orientales que inicialmente estaban separadas de Roma y que han recuperado su plena unión con la Santa Sede, a las cuales se ha permitido mantener esa disciplina. “La Iglesia latina ha luchado por el celibato, yo respeto las instrucciones de la Iglesia latina”, dijo el patriarca.

El futuro cardenal aseguró que el hecho de admitir o no sacerdotes casados en el rito latino, “no resolverá el problema de las vocaciones y no resolverá el buen o mal comportamiento del sacerdote”. Y dijo que lo importante es llevar con coherencia y fidelidad la disciplina con la que se viva la propia vocación.

Por último, y refiriéndose de nuevo a la situación de la Iglesia en Oriente Medio, el patriarca copto señaló la importancia del valor de la oración por la Iglesia en este lugar del planeta, la cual “nos ayuda a llevar adelante nuestra misión en la tierra en la que nos ha querido colocar el Señor”.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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