Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos, con sede en Bagdad

El Papa le concede la «comunión eclesial» tras su elección por el Sínodo

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CIUDAD DEL VATICANO, 4 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Al recibir en la tarde de este miércoles al nuevo patriarca de Babilonia de los Caldeos, Juan Pablo II concedió la comunión eclesiástica que el líder católico más representativo en Irak le pedía, según establecen los cánones de las Iglesias orientales.

El nuevo patriarca, Su Beatitud Emmanuel III Delly –su nombre de bautismo es Emmanuel-Karim–, fue elegido al final del Sínodo de los 22 obispos de la Iglesia caldea, que se ha celebrado el 2 y 3 de diciembre en el Vaticano. Sustituye en el cargo a Su Beatitud Raphael I Bidawid, fallecido el pasado 7 de julio.

Según el derecho de las Iglesias orientales, los patriarcas son elegidos por el Sínodo de su Iglesia. Para manifestar su comunión con la Iglesia universal, el elegido pide al obispo de Roma el reconocimiento del nombramiento.

El nuevo patriarca de Babilonia de los Caldeos, que tiene su sede en Bagdad, nacido en Irak, en la localidad Telkaif, en la archieparquía de Mosul de los Caldeos, el 6 de octubre de 1927, era hasta ahora arzobispo de Kaskar de los Caldeos.

Licenciado en Código de Derecho Canónico, en la Universidad Pontificia de Letrán, fue consultor de la Comisión de «Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental» y del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

El 22 de marzo pasado monseñor Delly quedó ligeramente herido al caerle trozos de las cristaleras del Patriarcado Caldeo de Bagdad, a causa de un bombardeo de las fuerzas estadounidenses en las operaciones que provocaron el derrocamiento del régimen de Sadam Husein.

En la carta en la que pedía la «comunión eclesiástica» este martes al Papa el nuevo patriarca manifestó al mismo tiempo la fidelidad de la Iglesia caldea a Roma.

«Trataré con la ayuda de Dios de hacer lo posible por la unidad de la Iglesia en esta trágica situación en la que se encuentra Orienta Medio y, en particular, Irak», afirmaba en su misiva.

Poco después, en la tarde, el Papa recibió a los miembros del Sínodo de la Iglesia caldea y les aseguró que «la concordia es todavía más necesaria al contemplar vuestra tierra, hoy más necesitada que nunca de auténtica paz y de tranquilidad».

Los cristianos en Irak son unos 800.000, es decir, en torno al 3 por ciento de la población. Entre ellos, los católicos caldeos constituyen más del 70%. En Bagdad se la comunidad caldea más numerosa, con más de 350.000 fieles.

En la liturgia caldea, el idioma oficial es el arameo (idioma hablado por Jesús). Dado que los fieles hablan normalmente árabe, la celebración de la liturgia es bilingüe. Hay comunidades caldeas de la diáspora en América, Europa y Oceanía.

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ZENIT Staff

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