Empresarios cristianos reconocen que la crisis ha sido originada por la avaricia

Ejecutivos constatan que el interés personal atentó contra el bien común

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SANTIAGO, martes, 3 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- La crisis económica tiene, entre sus causas, la desmedida avaricia de unos pocos que atentó contra el bien común, aseguran los responsables de la Unión Social de Empresarios y Ejecutivos Cristianos de Chile (USEC).

Jorge Matetic, presidente de USEC y los vicepresidentes Rolando Medeiros y Erwin Hahn, han escrito una carta para analizar las verdaderas causas del complejo momento económico, en la que hacen un llamamiento a los empresarios, trabajadores y autoridades a enfrentar la crisis de manera constructiva, evitando así que se siga disparando el desempleo.

«La crisis financiera que precede las actuales dificultades económicas, se explica entre otras causas, por las decisiones de unos pocos individuos, quienes buscando un desmedido beneficio propio y de corto plazo, atentaron contra el bien común. Cuando la libertad está guiada por criterios individualistas deja de ser auténtica, pues la excesiva dependencia y ambición de lo material es también un tipo de esclavitud», alertan los empresarios cristianos.

Según la misiva, «ha influido la ausencia de una recta conciencia, sumado a estímulos diseñados para obtener beneficios en el corto plazo y la falta de regulación acorde a la sofisticación de los nuevos instrumentos financieros. Todo esto es terreno fértil para situaciones como la actual».

Por eso, los signatarios aseguran: «creemos que esta crisis no es tan sólo económica, si no también ética y moral».

«La superación de este complejo escenario, debiera ser resultado de un esfuerzo coordinado de todos los actores de la sociedad», afirman.

Por este motivo, hacen un llamamiento a los empresarios «a ajustar sus expectativas de utilidad cuando esto no ponga en riesgo la continuidad de la organización, viviendo un espíritu de austeridad y solidaridad».

Luego se dirigen a todos los integrantes de la empresa para instarles «a dialogar, a buscar soluciones solidarias y creativas, para que los despidos se conviertan ojalá, en la última alternativa para la sostenibilidad de la empresa».

«Tanto los inicios de la crisis, como su superación, se relacionan con la caridad, esa disposición a amar al prójimo como a sí mismo, como principio fundamental propuesto en el Evangelio».

«Ahora es el momento de incorporar en nuestros criterios de discernimiento, valores que tiendan a humanizar nuestra sociedad y organizaciones, de modo que guíen nuestro accionar y sean un ‘seguro’ para no caer a futuro en los mismos errores», concluyen.

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ZENIT Staff

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