En 2002, 100.345 cristianos fueron detenidos por su fe; 938 perdieron la vida

Según revela el «Informe 2003 sobre la libertad religiosa en el mundo»

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ROMA, 26 junio 2003 (ZENIT.org).- La libertad religiosa en es violada diariamente en muchos rincones del planeta, constata el quinto informe redactado por «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN).

Presentado este jueves en la sala de prensa de la Prensa Extranjera, en Roma, el documento elaborado por la sección italiana de la organización constata que en el año 2002 murieron en el mundo a causa de la fe 938 cristianos, 629 fueron heridos, y 100.345 detenidos.

«Informe 2003 sobre la libertad religiosa en el mundo», volumen de 455 páginas, permite conocer la situación de este derecho fundamental ofreciendo tablas, mapas y amplios análisis país por país.

«No somos «Amnistía Internacional» en plan católico», precisó Attilio Tamburrini, director en Italia de «Ayuda a la Iglesia Necesitada». «Nuestro trabajo es de campo, hunde sus raíces en las realidades que seguimos desde hace cincuenta años, en particular, las discriminaciones que sufren los católicos y otros creyentes».

La situación más crítica en estos momentos para la libertad religiosa se vive quizá en Nigeria, Sudán, China y Cuba, según se pude desprender del informe.

En Europa, los casos más complicados son Bielorrusia, con una de las leyes más restrictivas sobre libertad religiosa, y Rumanía, donde las comunidades católicas de rito oriental se ven privadas de sus iglesias, confiscadas por el régimen comunista en 1948.

Treinta páginas del informe se dedican a Rusia, subrayando que «el respeto por la libertad religiosa ha encontrado nuevas dificultades, sobre todo para la Iglesia católica». El libro constata que la administración ha adoptado gestos hostiles, como la expulsión de algunos sacerdotes, en respuesta al «supuesto expansionismo católico».

El panorama americano inicia con una referencia a México, recordando que «las relaciones entre la Iglesia y el Estado se van serenando» y con Colombia, que detenta el trágico balance de 127 cristianos asesinados durante el 2002.

En Cuba, 86 cristianos se encuentran detenidos en cárceles por el único motivo de haber testimoniado su fe, mientras que persisten las dificultades continuas ara obtener el permiso de construir nuevas iglesias o de reparar las ya existentes.

En Venezuela, por su parte, «la Iglesia ha sido objeto de controles y amenazas por parte de la policía» y «no han faltado tampoco las injurias al máximo nivel institucional», en referencia al discurso del presidente Hugo Chávez Frías que el 24 de febrero definió a la Iglesia como el cáncer para la «revolución» que promueve.

En Estados Unidos, por el contrario, se dan señales positivas, pues crece la libertad de culto en los lugares de trabajo y en las instituciones educativas.

En Asia se han dado progresos (como es el caso de Timor Oriental) o indicios de apertura (por ejemplo en Qatar), pero en su conjunto es el continente con el mayor número de países en los que la libertad religiosa es cuestionada.

En La India las leyes «anticonversión» promovidas por el nacionalismo radical hindú atemorizan a los cristianos. En Arabia Saudí, Vietnam, Birmania, Laos persisten los problemas ampliamente conocidos,

En Corea del Norte hay 100.000 cristianos detenidos en campos de concentración.

En China, explicó durante la presentación el padre Bernardo Cervellera, nuevo director de «Asia News», agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), «la religión se valora sólo en relación al apoyo del gobierno: el elemento religioso en China ha quedado absorbido dentro de la política».

Este hecho es preocupante, admitió, pues lleva al gobierno a controlar la religión hasta el punto de nombrar a los obispos e interferir en asuntos de fe. Para Cervellera, el excesivo control del Partido Comunista y de las Asociaciones Patrióticas sobre los asuntos religiosos «denota un fracaso de la apertura feroz al sistema capitalista: pensaban que de este modo se respondería a los anhelos de la gente, y no ha sido así».

El padre Cervellera no sólo mencionó la difícil situación de los católicos subterráneos, sino que también citó casos de persecución a los protestantes y a los seguidores del movimiento Falung Gong, considerado por las autoridades chinas como «peligroso».

Si bien en la mayor parte de los países islámicos mantienen discriminaciones ante los no musulmanes, por otra parte se han intensificado los controles de grupos musulmanes, tras el estallido de los ataques terroristas.

El informe constata que se está dando un lento pero inexorable movimiento del centro del terrorismo internacional de Oriente Medio a la región del sur del continente asiático. Jordania aparece como una nación moderada y tolerante.

En África, Marco Invernizzi, coordinador de la investigación, destacó «dos casos muy graves: Sudán y Nigeria», en donde se da una radicalización de posiciones islámicas intransigentes, como lo prueba la aprobación de la ley islámica.

Finalmente, Oceanía fue presentada como un continente donde en general se ejerce la tolerancia y el respeto a la libertad religiosa.

El coordinador del informe, Andrea Morigi, destacó que el texto «no es sólo un manual de supervivencia para los misioneros» sino una denuncia de las persecuciones a la fe religiosa, no sólo de la católica.

El informe 2003 está dedicado al padre Werenfried van Straaten (1913-2003), fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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ZENIT Staff

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