El sacerdote dice que «el tratamiento oficial a los sacerdotes y a los obispos es cuidadoso y que el gobierno cubano sabe de la capacidad de convocatoria que tiene la Iglesia, y que se comprobó con la visita del Papa».
«Después de esta visita, se consiguió en Cuba que el 25 de diciembre volviera a ser fiesta laboral, facilitando de esta manera el festejo de la Navidad en familia; otro logro fue la autorización para realizar procesiones», dice el sacerdote cubano.
«Sin embargo, todavía no hemos conseguido la libertad religiosa para la educación católica, ni tampoco que la Iglesia tenga acceso a los medios de comunicación, ni de impresión. Es algo que la Iglesia reclama», añade.
Por eso, el sacerdote considera que «en Cuba hay libertad de culto, pero no libertad religiosa, podemos ir a Misa el domingo, pero no podemos dar una educación católica en las escuelas».
Respecto a los medios de comunicación, el presbítero dice que durante muchos años «Vida cristiana» una revista de tirada nacional y de mínima extensión, «ha sido lo único que había».
El sacerdote se queja también de que no se haya construido ni un templo nuevo en los últimos años, a pesar de las necesidades, aunque reconoce que «se han recibido algunas ayudas para arreglar los antiguos».
Cuba cuenta en la actualidad con unos 80 seminaristas, entre religiosos y diocesanos, y, según el presbítero, en este sentido hay «un crecimiento sostenido en todo el país».
