''En el corazón humano hay sed de felicidad y de verdad''

Cardenal Herranz en un ciclo sobre el Concilio Vaticano II en la embajada española ante la Santa Sede

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Por Rocío Lancho García

ROMA, miércoles 7 noviembre 2012 (ZENIT.org).- El cardenal Julián Herranz, prefecto emérito del Pontificio Consejo para los textos Legislativos, intervino ayer, 6 de noviembre, con una ponencia sobre «El nuevo Derecho Canónico», en el Ciclo de Conferencias organizado por la Embajada Española ante la Santa Sede, «El Concilio Vaticano II a cincuenta años vista».

El Ciclo de Conferencias comenzó el 16 de octubre a manos del cardenal Antonio María Rouco Varela con la ponencia «La Eclesiología del Vaticano II. Primado y colegialidad». La segunda conferencia la dio monseñor Luis F. Ladaria, arzobispo, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Quedan aún dos conferencias dentro de este ciclo, en el que asistirán como ponentes don Olegario González de Cardedal, premio Ratzinger de Teología y del cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Tras la conferencia, el cardenal Julián Herranz contestó a dos preguntas de ZENIT en una breve entrevista.

¿Es fácil para los fieles entender estas novedades del Derecho Canónico, y la necesidad de que haya Derecho Canónico?

–Cardenal Herranz: Yo pienso que sí es fácil entenderlo. Lo primero que hay que hacer es leer los cánones porque a la ley muchas veces no se la conoce. Una persona no se puede enamorar de alguien que no conoce, lo mismo pasa con Cristo. Al fin y al cabo la vida consiste en buscar a Cristo, tratarlo, encontrarlo, enamorarse de él y dar la vida por él. Con las leyes sucede lo mismo, para poder estimar algo hay que conocerlo. La formulación del nuevo derecho ha cuidado mucho el aspecto doctrinal, de modo que se entiende mejor el contenido y la razón de la ley.

¿Cree que la nueva generación, la del Año de la Fe y la Nueva Evangelización, está dispuesta a amar a Cristo y a conocer y amar la ley?

–Cardenal Herranz: Yo creo que sí, en el corazón humano hay sed de felicidad y de verdad. Todo lo que pueda ayudar a encontrar de alguna manera a encontrar esa felicidad es algo que atrae. Puede ser que el joven tienda a evitar ataduras, pero la ley no condiciona sino que ayuda. El cristiano ahí encuentra el fundamento de las exigencias que por el bautismo tiene en su vida. Yo soy cristiano y tengo que saber cómo se vive bien el cristianismo. El catecismo explica lo que hay que creer y unas leyes que se complementan para ayudar a vivir como cristiano.

El cardenal centró su ponencia en torno a tres preguntas: ¿por qué era necesario renovar el Derecho Canónico?, ¿en qué se basa esta renovación? ¿cuáles son las novedades?

La renovación del derecho canónico y la nueva evangelización ya empezó con Juan XXIII. En este marco de la renovación del derecho han surgido varias contraposiciones dialécticas.

En primer lugar la contraposición Carisma e Institución. En este caso, es por falta de comprensión, «constituyen una cruz pero que hace madurar». En estas situaciones «el Espíritu Santo trabaja las almas, ayuda a comprender. El alma de la Iglesia es el Espíritu Santo y quien gobierna tiene que estar muy atento». Destacó además la importancia de que las leyes se adapten a la realidad.

Señaló también que para los responsables pastorales es clave centrar su trabajo especialmente en una tarea de «discernir los carismas según Jesucristo, reprimir los que no son de Dios y estimular los que dan frutos de santidad y apostolado».

La segunda contraposición es la que se da entre Derecho Jerárquico y Corresponsabilidad Eclesial. La Iglesia debe ser entendida como pueblo de Dios, por el que Cristo ha dado la vida. El nuevo código se centra en los derecho y deberes de todos, no sólo de la jerarquía.

La tercera y última contraposición expuesta por el cardenal fue la que sucede entre Espíritu Pastoral y Ordenamiento Canónico. «La ley canónica es fundamentalmente pastoral».

Contestando a la segunda pregunta, el cardenal explicó que la renovación del Derecho Canónico se basa en dos pilares fundamentales: el científico y el histórico. «Detrás de los cánones está el desafío apostólico, las exigencias del bautismo». Es necesario «hacer comprender el fundamento del derecho sin que pierda la esencia científica del derecho».

En respuesta a la pregunta sobre las novedades del Derecho Canónico, el cardenal Julián Herranz, se centró especialmente en la Christifideles Laici como clave fundamental, «todo gira en torno a que Cristo a muerto por nosotros, por todos los fieles».

Concluyendo la ponencia, el cardenal hizo un repaso sobre los documentos del Concilio Vaticano II y las novedades legislativas, destacando que el punto principal del Concilio es «la llamada bautismal a la santidad y el apostolado».

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ZENIT Staff

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