En materia de divorcio, «la Iglesia no es fundamentalista»

Declaraciones del secretario general de los obispos italianos

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ROMA, 31 enero 2002 (ZENIT.org).- La Iglesia «no es fundamentalista» al presentar su doctrina sobre el divorcio, afirma el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana en respuesta a las críticas de algunos periódicos al discurso que pronunció el martes Juan Pablo II ante la Rota Romana.

El encuentro del obispo Giuseppe Betori este miércoles con la prensa, para presentar las conclusiones de la reunión de la Comisión Permanente del episcopado italiano, se transformó así en un comentario la invitación del pontífice a los abogados a no participar en procesos judiciales que tienen por objetivo la ruptura del matrimonio.

Betori constató que la «la incapacidad de establecer relaciones estables y duraderas entre las personas» no debería preocupar «sólo a la Iglesia sino a toda la sociedad».

El Papa, recordó Betori, quien es obispo titular de Falerone, pero que tiene por ministerio específico la secretaría de la Conferencia episcopal, «invita a todos, no sólo a abogados y jueces, a no ser simples «notarios» de la disgregación de una relación, sino a sostenerla, a hacer todo lo posible para consolidar el lazo matrimonial».

Para el secretario general de los obispos italianos, «esta es la filosofía de fondo que empapa incluso las leyes civiles, que no parten nunca de la idea promover situaciones de sufrimiento».

No se trata, por tanto, como alguno ha escrito de hacer «objeción de conciencia» frente al divorcio sino de adoptar «opciones en coherencia con la conciencia personal». La «objeción de conciencia» en este campo, por otra parte, no está prevista por la ley.

Los abogados y los agentes del sector, explicó monseñor Betori, «deberían interrogarse si forman parte de un itinerario que lleva inevitablemente a la ruptura de la pareja, o si hay otras posibilidades para salir de la crisis».

Por último, el prelado constató que en la sociedad pluralista a todo el mundo se le permite dar su opinión sobre cualquier tema. Sin embargo, cuando la Iglesia católica se pronuncia sobre temas morales, entonces se la descalificada, tachándola de «fundamentalista».

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ZENIT Staff

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