CIUDAD DEL VATICANO, martes, 5 septiembre 2006 (ZENIT.org).- «Quien cree nunca está solo» es el lema que Benedicto XVI ha escogido para su cuarto viaje apostólico internacional que tendrá por objetivo su tierra natal de Baviera del 9 al 14 de septiembre.
En su peregrinación, recorrerá algunos de los lugares decisivos para la vida de Joseph Ratzinger: Munich, la ciudad de la que fue arzobispo de 1977 a 1982; el Santuario de Altötting, símbolo del catolicismo bávaro; Marktl am Inn, su pueblo natal; y Ratisbona, ciudad en la que fue catedrático, en la que vive su hermano, y en la que se encuentran sepultados sus padres y su hermana.
La «Introducción» del Misal que ha preparado para este viaje la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, bajo la guía del arzobispo Piero Marini, presentará el carácter comunitario de la fe en un país en el que desde hace décadas las Iglesias están cada vez más vacías.
Este lema «establece que todo bautizado es acogido en la gran comunidad de los fieles y junto a ellos encarna a toda la Iglesia», dice el Misal.
El fundamento profundo de esta afirmación, añade, se comprende a la luz de «la comunión de cada persona con Dios, que acompaña a todo ser humano en la vida y en la muerte», añade.
«Por último –sigue diciendo el texto–, esta frase hace referencia a la gran comunión de los santos, a la que todos pertenecen por medio del bautismo y que les introduce a todos en la comunión universal de todos los fieles de todo tiempo y lugar».
«Quien cree nunca está solo» fue una de las frases de mayor impacto de la homilía que pronunció Benedicto XVI en la misa de inauguración solemne de su pontificado, el 24 de abril de 2005.
La «máxima expresión» de la compañía que proporciona la fe, señala el Misal, se vive «en la celebración común de la Eucaristía».
Por este motivo, los momentos más importantes del viaje del Papa serán la celebración de la misa en Munich, Altötting y Ratisbona.
