CIUDAD DEL VATICANO, 26 nov (ZENIT.org).- La Santa Sede ha reunido en Roma a empresarios, economistas, periodistas de América y Europa para analizar el impacto que tiene la globalización económica sobre la familia.
El encuentro, que se inauguró hoy en la Antigua Sala del Sínodo, en el Vaticano, ha sido convocado por el Consejo Pontificio para la Familia, cuyo presidente es el cardenal Alfonso López Trujillo.
La iniciativa busca analizar a fondo los desafíos que en este campo plantea la globalización para elaborar propuestas a los gobiernos y a los grandes protagonistas de la economía.
En declaraciones a «Radio Vaticano», el cardenal López Trujillo ha explicado cuáles son las insidias que plantea hoy la globalización, cuando no está armonizada por la ética.
«Hay aspectos que pueden ser positivos –constata el purpurado–, pero no se puede negar que hoy por hoy se da una gran preocupación por un cierto planteamiento dado al fenómeno de la globalización que ciertamente no ayuda a la familia. Es una globalización sin corazón, en la que no se reconoce la dignidad de los pobres y mucho menos de las familias, quienes se merecen ser colocadas en un nivel más elevado del bien común de la humanidad».
«En definitiva –añade López Trujillo– el conjunto de las políticas económicas todavía no se abre a las necesidades de la familia, a la justicia, a la solidaridad con ellas; no ayuda, por ejemplo, a las familias en el campo de la educación o del empleo».
El cardenal colombiano considera que las políticas familiares han llegado a oponerse a la familia: «En vez de ayudarlas, quedan marginadas, crecen en una especie de penalización».
«Por este motivo –concluye– hemos considerado que es muy importante analizar con un gran grupo de expertos el argumento –unos doscientos, más o menos– para profundizar en este tema a nivel económico, político y antropológico, proponiendo una visión completa de lo que es la familia».
