Enorme brecha norte-sur para el nuevo gobierno sudanés, constata el obispo de Rumbek

RUMBEK, domingo, 25 septiembre 2005 (ZENIT.org).- Diferencias extremas de desarrollo entre norte y sur –según describe el obispo de Rumbek, monseñor Cesare Mazzolari— conforman actualmente Sudán, que acaba de estrenar un gobierno interino de unidad nacional tras más de dos décadas de sangrienta guerra civil.

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El pasado 20 de septiembre se formó el primer gobierno de unidad nacional sudanés –tras semanas de difíciles negociaciones–, una etapa en la aplicación del acuerdo de paz firmado el 9 de enero (Cf. Zenit, 10 enero 2005) entre el régimen de Jartum y los ex rebeldes del sur del «Ejército de Liberación Popular de Sudán» (SPLA) –hoy transformado en Movimiento–.

Se ponía así rumbo a la finalización del conflicto armado que estalló en 1983, año en que el ex presidente Gaafar Nimeiry instauró la «sharia» (ley islámica). En 1989 se impulsó el proceso de islamización forzada entre las poblaciones del sur. Desde entonces la guerra civil enfrentó al régimen del norte –del gobierno de Jartum, de etnia árabe y blanca y religión musulmana– y a la rebelión del sur –de población negra mayoritariamente animista y cristiana—. En el conflicto igualmente han influido intereses por los ricos yacimientos de petróleo en el sur sudanés.

Se estima que en la guerra podrían haber muerto 2,5 millones de personas –sobre todo por enfermedades y hambre– y más de 5 millones se han visto obligadas a abandonar su lugar de residencia.

El gobierno de Sudán debería haberse formado el 9 de agosto, un paso que se retrasó por la muerte en accidente de helicóptero, el 30 de julio, de John Garang –uno de los fundadores del Movimiento de Liberación SPLA–. El 9 de julio había sido nombrado primer vicepresidente del país.

El nuevo Ejecutivo –que prestó juramento el jueves pasado ante el presidente Omar Hassan el Beshir, en presencia del vicepresidente Salva Kiir («heredero» de Garang al frente de los independentistas del sur)– está formado por 29 ministros y 33 viceministros; cuenta además con 12 consejeros presidenciales con rango de ministro. Forman parte de él cinco mujeres –dos ministras, dos viceministras y una consejera presidencial–.

En el nacimiento del gobierno de unidad nacional «la elección de muchos personajes políticos y administrativos del sur tiene un significado enorme para el prestigio que el sur esperaba poner tener y obtener con el gobierno del norte», comentó monseñor Mazzolari –al frente de la diócesis meridional de Rumbek– en «Radio Vaticana».

En su opinión, para llegar a este gobierno de unidad nacional fueron «fundamentales los esfuerzos y el compromiso de John Garang», que logró crear un sentido «de compartir las riquezas, de la seguridad, del poder político».

Por delante se extiende ahora un país con «una gran prosperidad» en el norte, «en el sentido de que existen enormes carreteras asfaltadas, restaurantes, hoteles, escuelas y hospitales», «mientras que en el sur hay carencia absoluta de calles, de educación, de medicinas», describió el prelado.

«La última estadística de UNICEF –creo— dice que sólo el 6% de la población del sur sabe leer y escribir», recordó.

En este contexto y en este momento, el compromiso de la Iglesia se centra en «seguir ofreciendo nuestro servicio a fin de evangelizar, sobre todo en el campo de la educación, de la salud y de la ayuda humanitaria», apuntó monseñor Mazzolari.

«Nuestro gran deseo –añadió— es lograr tener cada vez más un papel participativo en la sociedad civil respecto a antes».

Por su parte, en recientes declaraciones a «Ayuda a la Iglesia Necesitada», el administrador apostólico de El Obeid (Sudán central), monseñor Antonio Menegazzo, advirtió que «incluso ahora, con el acuerdo de paz para el sur de Sudán vigente, existe una fuerte tendencia a la islamización en esta parte del país, algo que es muy peligroso».

«Mientras que las organizaciones de ayuda “occidentales” no discriminan a nadie, hay muchas organizaciones islámicas fundamentalistas, procedentes en especial de Arabia Saudí y Pakistán, que sólo apoyan a los musulmanes, presionando así a los no musulmanes necesitados, incluidos a los cristianos», alertó.

Según el acuerdo de paz, el gobierno interino permanecerá hasta las elecciones legislativas, que deberán convocarse en cuatro años.

En julio pasado comenzó un período de seis años de régimen transitorio, al final del cual se desarrollará un referéndum sobre la autodeterminación en el sur de Sudán, donde se ha establecido una administración regional con amplios poderes que, en caso de resultado positivo del referendo sobre la autodeterminación, se convertiría en el embrión del gobierno del Estado independiente del sur de Sudán –puntualiza la agencia «Fides» del dicasterio misionero–.

Cerca de 33 millones de personas habitan Sudán distribuidas en 572 tribus. En el norte predomina la población árabe-musulmana (39%); en el sur la población se compone principalmente de cristianos y seguidores de religiones naturales. En el país se estima en un 70% la proporción de musulmanes suníes y casi en un 20% la de cristianos católicos.

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ZENIT Staff

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