España: Aparece una custodia de madera realizada por un reo en 1936

Condenado a muerte por su fe, la construyó para celebrar el Corpus

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VALENCIA, domingo 13 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispado de Valencia ha constatado la existencia de una custodia de madera realizada en 1936, por un condenado a muerte por su fe, en una cárcel de Valencia para celebrar la fiesta del Corpus Christi con los reclusos.

La viuda del reo conserva la custodia como “un tesoro” en su casa de Valencia, informó la agencia de noticias del arzobispado de Valencia, Aván.

El reo autor de la custodia fue Juan Colomina, un abogado que había sido detenido en 1936 por su fe católica y condenado a muerte, aunque que no llegó a ser ejecutado y pasó por varias cárceles antes del final de la contienda.

Colomina, que llegó a ser presidente de la Sociedad Valenciana de Agricultura, al enviudar de su primera esposa contrajo matrimonio con Isabel Casaus, que cuenta en la actualidad 69 años, y que conserva la custodia desde que su marido falleció en 1995.

“Para él tenía mucho valor por lo que representó en su vida y el esfuerzo con el que la hizo, porque no era una persona habilidosa”, explica Casaus.

La custodia, de poco más de 20 centímetros de alto, fue tallada en la cárcel por Colomina sobre una base de madera que, en realidad, era el marco de uno de los enchufes para la luz que había en la pared de la prisión.

Sobre esa base hay un fuste de madera que tomó de una manivela y sobre él, realizó la custodia circular de madera, que fue labrando con distintos trozos y utensilios de madera de carpintería, que luego talló para culminarla por una cruz.

“Siempre hemos tenido la custodia a la vista en nuestra habitación”, señala la viuda, que recuerda que en el tiempo que estuvo en la cárcel, su marido “tuvo muchísimos compañeros que murieron, y él pensó que en cualquier momento le tocaría”.

El caso de Juan Colomina aparece en el archivo del arzobispado de Valencia donde está catalogada una carta suya, refrendada posteriormente por varios testigos.

En ella, explica cómo estuvo arrestado por sus creencias religiosas en 1936 en la antigua Cárcel Modelo y fabricó allí una pequeña custodia de madera con materiales domésticos, que luego pintó de purpurina.

“Esta custodia fue utilizada para exponer en ella el Santísimo Sacramento en el año 1937, instalando un verdadero aunque sencillo monumento en mi propia celda”, señala la carta.

La misiva también explica que en la celda, “después de haber sido celebrada la Santa Misa, quedó el Señor de manifiesto durante todo el día, manteniendo guardia en vela permanente para evitar cualquier intento de atropello por parte de los carceleros, y haciendo posible que todos los católicos allí recluidos pudiesen desfilar ante el Santísimo y rendirle culto en tan señalada festividad y penosas circunstancias”.

En la carta, fechada en 1948, Colomina Barberá solicita al entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, un documento acreditativo de la “autenticidad de la custodia en cuestión y del uso a que fue destinada, marcándolo con el sello del arzobispado, para evitar que algún día pueda ser profanada involuntariamente por ignorancia o destinada a uso impropio lo que estuvo en contacto directo con la Sagrada Forma”.

El arzobispo, tras verificar la autenticidad de lo narrado y consultar con los testigos citados, accedió a la petición del abogado, sellando la custodia con un documento expedido el 10 de febrero de 1948.

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ZENIT Staff

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