España: católicos y judíos piden reconocimiento de los derechos humanos

En el Encuentro Internacional en Madrid. Los temas: libertad religiosa, persecución de los cristianos, aumento del antisemitismo y educación. Deploran ‘la manipulación política de la religión’

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Bajo el lema «Desafíos para la Religión en la Sociedad Contemporánea» representantes de la Iglesia católica y el mundo judío se han encontrado en Madrid para debatir durante cuatro días los principales asuntos que conciernen y preocupan a ambas confesiones. Las conclusiones, que se han recogido en una declaración conjunta, tocan puntos como la herencia común, libertad religiosa, persecución de los cristianos, el aumento del antisemitismo y la educación.

En relación a la herencia común, han reflejado la idea de que «judíos y cristianos compartimos la herencia bíblica que explica la relación entre Dios y los hombres. Basándonos en esta historia sagrada, judíos y católicos nos reunimos para debatir las oportunidades y dificultades a las que se enfrentan las creencias religiosas en el mundo de hoy». Además, añaden que «como católicos y judíos abogamos por un mundo en el que los derechos humanos sean reconocidos y respetados y todos los pueblos puedan florecer en paz y libertad. Estamos comprometidos a fortalecer nuestra colaboración para lograr una más equitativa distribución de las riquezas y los beneficios derivados de los avances de la ciencia, medicina, educación y desarrollo económico». Durante el encuentro se han discutido y examinado en pequeños grupos el aumento del antisemitismo, el incremento de la persecución de los cristianos en varias partes del mundo y la amenaza a la libertad religiosa en muchas sociedades, refleja el comunicado conjunto.

En el segundo aspecto tratado, la libertad religiosa, transmiten que «animados por la preocupación expresada por el Papa Francisco acerca del bienestar universal de todos, especialmente de los pobres y oprimidos, compartimos la creencia de que cada individuo ha sido dotado por Dios de dignidad». Así, «deploramos la manipulación política de la religión» y «Judíos y Católicos condenamos la persecución por motivos religiosos». A este punto hacen un llamamiento a los líderes políticos y religiosos y a las instituciones para que «aseguren la integridad física y la protección legal de todos aquellos que ejerciten su derecho fundamental a la libertad religiosa, que protejan el derecho de los individuos a cambiar o abandonar sus creencias religiosas, a educar a sus hijos de acuerdo a sus creencias, incluyendo el sacrificio ritual de animales, la circuncisión y poder mostrar símbolos religiosos en lugares públicos».

Sobre la persecución de los cristianos y el aumento del antisemitismo, recomiendan trabajar juntos contra la persecución de las minoría cristianas allí donde se lleven a cabo, alertar sobre estos problemas y apoyar los esfuerzos que garanticen que todo ciudadano tenga plenos derechos independientemente de su identidad étnica o religiosa. Así cómo urgen a que las enseñanzas antisemitas desaparezcan de libros de texto y discursos en todo el mundo. Para finalizar, señalan el argumento de la educación, recomendando que todos los seminarios judíos y católicos incluyan programas educativos sobre la Nostra aetate y los documentos posteriores de la Santa Sede que implementan esta Declaración. Las nuevas generaciones de líderes católicos y judíos reconocemos lo mucho que Nostra aetate ha contribuido a cambiar y mejorar las relaciones entre judíos y católicos. Es imperativo que las nuevas generaciones abracen estas enseñanzas y aseguren que lleguen a todos los rincones de la Tierra.

Concluye la declaración conjunta subrayando que «frente a estos desafíos, judíos y católicos renovamos nuestro compromiso para educar a nuestras respectivas comunidades en el conocimiento y respeto del otro. Acordamos cooperar para mejorar las vidas de los que viven en los márgenes de la sociedad: los pobres, los enfermos, los refugiados, las víctimas del tráfico humano y proteger la creación de Dios de los peligros del cambio climático. No podemos hacer esto solos. Hacemos un llamamiento a todos aquellos en posiciones de autoridad e influencia para que se nos unan en la causa del bien común, de forma que todos podamos vivir en dignidad y seguridad, y la justicia y la paz prevalezcan».

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ZENIT Staff

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