España: El odio a la fe, un tema actual en el mundo

Próxima beatificación de diecinueve mercedarios en Lérida

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ROMA, lunes 9 enero 2012 (ZENIT.org).- Los diecinueve religiosos mercedarios que serán beatificados en breve en España fueron asesinados exclusivamente y sin lugar a dudas por odio a la fe. Murieron gritando ¡Viva Cristo Rey!. Serán los primeros beatos mercedarios desde 1728, y en la Orden esperan que la beatificación despierte vocaciones en España.

Lo indicó el padre Emilio Santa María, sacerdote mercedario, postulador de la causa de los mártires españoles que serán beatificados, en la entrevista a ZENIT que ofrecemos a continuación.

Padre Emilio, ¿quienes fueron los siervos de Dios, Mariano Alcalá Pérez y los 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes que serán beatificados?

–Padre Santa María: Son diecinueve religiosos mercedarios que fueron mártires en España durante la persecución religiosa del 1936 y 1937.

¿En plena guerra civil española por lo tanto o hacia el final?

–Padre Santa María: Murieron al inicio de la guerra, la mayoría son de Teruel. La mayoría muere en la región de Lérida, dominada por los republicanos llamados “rojos”, que eran comunistas, anarquistas, socialistas radicales y masones. Tenían mucho odio a la fe.

¿Por qué en Lérida?

–Padre Santa María: En Lérida está el convento de El Olivar, en donde estaba la mayoría de ellos, pero no fueron muertos allí pues no estaban en el mismo. Se habían refugiado en casa de parientes o amigos y a algunos les encontraron viajando cuando les capturaron. Se habían refugiado, estaban al tanto de las noticias que indicaban una persecución cruel y segura.

¿La persecución tenía un lado político?

–Padre Santa María: No, en ese momento no era para nada una cuestión política. Franco se levantó en julio de 1936 y algunos de éstos murieron antes del levantamiento, por lo tanto no tenían una connotación política, ni de apoyo a Franco ni a nada de eso.

¿La Iglesia qué posición tenía?

–Padre Santa María: Los obispos dijeron públicamente en 1931, durante la II República, que se podía convivir tranquilamente con la república. Otra prueba de que no había una connotación política es que persiguieron no solamente a personas sino que destruyeron también conventos, iglesias, robaron y quemaron objetos religiosos, o sea a todo lo que representaba la religión. Los mataban por ser curas y frailes.

¿El proceso de canonización a qué punto está?

–Padre Santa María: La provincia de Aragón inició el proceso diocesano entorno a 1957, después en Roma recibió el reconocimiento jurídico y en 2009 fue aprobado, primero por la comisión de teólogos, después el 13 de diciembre del año pasado por la comisión de cardenales, y el 19 de diciembre pasado por Benedicto XVI. Falta ahora el decreto en latín y, una vez firmado por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, será publicado en el Acta Apostolicae Sedis.

¿Ellos qué actividad realizaban?

–Padre Santa María: Doce de ellos eran sacerdotes y siete eran hermanos de obediencia, como le llamamos nosotros. Realizaban actividad pastoral y los hermanos hacían trabajos de campo, de cocina como era habitual en esos tiempos. Eran predicadores y entre ellos el padre Mariano Alcalá Pérez, el que encabeza la lista, fue general aquí en Roma y después regresó a España y sufrió la persecución.

¿Qué significa el martirio y cuáles son los requisitos para ser considerado tal?

–Padre Santa María: El martirio es el hecho que más nos aproxima a la pasión de Cristo. Es morir por la fe. En el martirio la Iglesia considera tres hechos: un hecho violento con derramamiento de sangre, que produce la muerte, aunque no sea al instante, por ejemplo días después debido a los malos tratos; por parte del tirano debe haber odio a la fe, como lo fue en España; quien muere acepta voluntariamente el martirio, no es que lo busca, pero cuando le toca lo acepta, por Cristo y la fe.

¿Cómo fueron los últimos momentos de los religiosos cuando recibieron el martirio?

–Padre Santa María: No se sabe de todos porque no había siempre testigos, pero la consigna de los religiosos era morir gritando ¡Viva Cristo Rey! De muchos se sabe con certeza porque los chóferes de los camiones que les llevaban fueron testigos.

¿Podían evitar el martirio?

–Padre Santa María: Todos intentaron evitarlo, huyendo y escondiendose en casas de parientes y amigos. Pero cuando los encontraron, aceptaron el martirio por fe, como afirman haber oído decir algunos testigos: «Estoy pronto para aceptar el martirio». Podían librarse del martirio reunciando a la fe, como les pedían los milicianos. Pero no renunciaron.

¿Por qué gritaban ¡Viva Cristo Rey!?

–Padre Santa María: No se sabe bien de dónde vino este grito, quizás de México con los cristeros. Por aquel tiempo fue publicada una encíclica papal sobre Cristo Rey y fue instituida su fiesta.

¿Para los Mercedarios qué significa?

–Padre Santa María: El último de los beatificados de los mercedarios fue san Serapio, en 1728. Sólo por esto merece ser celebrado con alegría y gozo. Además, es una honra porque fueron héroes de la fe, fieles a Cristo hasta dar la vida por Él. Esta es una de las bienaventuranzas predicadas por Cristo.
¿Y en un momento como hoy?

–Padre Santa María: Uno se pregunta ¿cómo es posible tanto odio en un mundo civilizado como Occidente? Uno se atreve a decir, mártires nunca más, lo que queremos es libertad, es respeto, libertad de religión, libertad de conciencia respeto de los derechos humanos. Lo que queremos es que nadie muera por motivos religiosos. Entretanto aún hoy en día es tiempo de mártires, basta recordar los atentados de los integristas en Nigeria y en otros países durante los actos de culto. Esto debe hacer a la gente valorar la fe que tiene y la posibilidad de practicarla.

¿Y en España?

–Padre Santa María: Esperamos que esto nos anime a valorar nuestra fe y a vivirla con fidelidad hasta el fin. También deseamos que esto despierte vocaciones en Europa…

¿La fecha y lugar de la beatificación?

– Padre Santa María. La fecha será combinada con el obispo de Lérida. Va a ser allí en España.

Para concluir, ¿cuál fue el saldo de la persecución religiosa?

–Padre Santa María: En España, en esos tres años mataron a doce obispos, cuatro mil sacerdotes y mil religiosos, además de miles de religiosas y laicos. Y uno se pregunta cómo es posible que en trece años el comunismo, un elemento tan violento, una ideología atea, penetrara tanto en la sociedad española. Si bien estaba también la masonería y el anticlericalismo español que venía de lejos. Hubo también un saldo positivo: después de la guerra se registró un extraordinario florecimiento vocacional, confirmando el dicho tradicional: la sangre de los mártires se transformó en semilla de vocaciones.

Por H. Sergio Mora

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ZENIT Staff

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