España: veinte obispos celebran el Año Jubilar de San Atilano

La Eucaristía será presidida por el cardenal Cañizares

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TARAZONA, miércoles, 26 agosto 2009 (ZENIT.org).- El próximo día 28 de agosto,  los restos de san Atilano, primer obispo y patrono de la Diócesis de Zamora, viajarán a la localidad de Tarazona, lugar de origen del santo, donde se celebra el Año Jubilar con motivo del milenario de su muerte. En la celebración eucarística, presidida por el cardenal Cañizares, participarán veinte obispos españoles.

La peregrinación diocesana, que partirá de Zamora el próximo viernes 28 a las 4 de la madrugada -informa la agencia SIC–, estará compuesta por representantes del Obispado, el Cabildo Catedral, el párroco y feligreses de la Parroquia de San Pedro y San Ildefonso -donde reposan los restos de san Atilano-, y una veintena de miembros de la Orden de Caballeros Cubicularios, que tienen la encomienda histórica de velar por los restos de san Ildefonso y san Atilano en la iglesia arciprestal.
 
Entre los actos centrales que la Diócesis de Tarazona ha organizado para este Año Jubilar de San Atilano (del 22 de febrero al 23 de noviembre), en el que conmemoran el milenario de la muerte del santo obispo, se encuentra la celebración de la eucaristía solemne en la Parroquia de San Francisco de Asís, a las 11 horas. Esta iglesia funciona ahora como catedral mientras duran las obras de rehabilitación del primer templo diocesano.
 
Además de este envío de las reliquias de san Atilano, la Diócesis de Zamora ha contribuido a la celebración turiasonense con la cesión de siete piezas artísticas para la exposición «Milenio».
 
La eucaristía del día 28, enmarcada en las fiestas de la ciudad de Tarazona, será presidida por el cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y concelebrada por una veintena de obispos.
 
Además del obispo de Tarazona, Demetrio Fernández, y del zamorano, Gregorio Martínez Sacristán, la misa solemne contará con la participación del anterior obispo de Zamora, Casimiro López, y del toresano obispo de León, Julián López (esta sede episcopal fue ocupada por san Froilán, compañero de san Atilano).
 
Otros prelados que participarán en la celebración son Francisco Álvarez (arzobispo emérito de Toledo), Manuel Ureña (arzobispo de Zaragoza), Juan José Omella (obispo de Calahorra-La Calzada-Logroño), Gerardo Melgar (obispo de Osma-Soria), Atilano Rodríguez (obispo de Ciudad Rodrigo), Miguel Asurmendi (obispo de Vitoria), Vicente Jiménez (obispo de Santander), Antonio Algora (obispo de Ciudad Real), Ángel Rubio (obispo de Segovia), Francisco Pérez (arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela), Jaume Pujol (arzobispo de Tarragona), Juan José Asenjo (obispo coadjutor de Sevilla), José Manuel Lorca (obispo de Cartagena y administrador apostólico de Teruel y Albarracín), Victorio Oliver (obispo emérito de Orihuela-Alicante) y Fernando Sebastián (arzobispo emérito de Pamplona).
 
A las 10,45 horas el cardenal Cañizares y el obispo de Tarazona recibirán en la Parroquia de San Francisco los restos de san Atilano, llevados en andas por los Caballeros Cubicularios, y harán lo mismo con la reliquia que custodia el Cabildo Catedral de Toledo (el cráneo).
 
Tras la celebración de la eucaristía, los Cubicularios sacarán de la iglesia los restos del santo, que serán portados por las Cofradías de Semana Santa de Tarazona durante la procesión por las calles de la localidad.
 
En su carta de presentación del Año Jubilar de San Atilano, celebrado por la Diócesis de Tarazona, su obispo, Demetrio Fernández, escribe que «San Atilano nació en Tarazona el año 939 y murió siendo obispo de Zamora el año 1009. Durante este año 2009 celebramos mil años de su dies natalis, es decir, de su tránsito al cielo. Él es patrono principal de la ciudad de Tarazona, que lo considera como uno de sus más ilustres hijos».
 
Con este motivo, durante todo este año están teniendo lugar en Tarazona diversos actos en torno a la figura del santo turiasonense que llegó a ser obispo de Zamora.
 
Como recuerda en su página web la Diócesis de Tarazona, «la historia del Santo nos dice que le dolían sus pecados de juventud y que incluso se sentía indigno de su ministerio episcopal. Por estos sentimientos decide abandonar Zamora y emprender una peregrinación que sabemos duró unos dos años. Antes de partir decide arrojar el anillo episcopal al río Duero, pensando que si es digno del ministerio episcopal el Señor se lo devolvería. Terminada la peregrinación retorna a Zamora y es acogido en una ermita que cuida una familia. Lo hospedan como peregrino y antes de cenar le piden que les ayude a limpiar un pez. San Atilano así lo hace y en la entrañas del pez encuentra el anillo episcopal. Siente una gran alegría, el Señor lo confirma en la vocación y en su ministerio episcopal. Las campanas de toda la ciudad en ese momento empiezan a tañer y nuestro santo entra en la ciudad con gran alegría de todos los fieles».
 

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ZENIT Staff

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