CIUDAD DEL VATICANO, martes, 27 noviembre 2007 (ZENIT.org).- La reunión de los cardenales del mundo sobre el ecumenismo ha suscitado esperanzas en la comunidad de Taizé, reconoce su prior, el hermano Alois.
El sucesor del hermano Roger, fundador de esta comunidad ecuménica surgida en Borgoña, ha confiado sus sentimientos a un artículo publicado en la primera página de la edición en italiano de «L’Osservatore Romano».
«En Taizé nuestros corazones se han alegrado cuando supimos que el Santo Padre presentó a la reflexión de los cardenales la cuestión del ecumenismo», reconoce.
«Al acoger a tantos jóvenes, sabemos que muchos de ellos ya no comprenden el sentido de las divisiones confesionales heredadas del pasado. Si no tomamos conciencia de esto, corremos el riesgo de no poder acompañarles hacia los manantiales de la confianza de la fe», afirma el prior.
«¿Cómo es posible ser testigos del Dios de amor y dejar perdurar nuestras divisiones?», se pregunta.
«La reconciliación no es una de las muchas dimensiones del Evangelio, es su síntesis», advierte.
Citando la intervención del cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el hermano Alois explica que el camino hacia la unidad de los cristianos «no es sólo un intercambio de ideas, sino de dones».
«Este ecumenismo de intercambio no es un empobrecimiento, sino un enriquecimiento recíproco», recuerda el hermano Alois.
