Estrategia de la Iglesia en América Latina contra la droga

Reflexión del arzobispo de Tuxtla sobre este flagelo

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TUXTLA, viernes 4 julio 2008 (ZENIT.org-El Observador).- El arzobispo de Tuxtla, monseñor Rogelio Cabrera López ha abogado –mediante un comunicado de prensa– por que se reconozca que el problema de la droga en América Latina lo invade todo y pide luchar por una sociedad libre de drogas a través de una reflexión y una acción profundas.

Monseñor Cabrera López es arzobispo metropolitano de las diócesis que componen el sureño Estado de Chiapas, limítrofe con Guatemala, frontera por la cual fluye una gran cantidad de la droga que circula por México y tiene como mercado final los Estados Unidos.

Las drogas, recuerda monseñor Cabrera López, citando el Documento de Aparecida, se han convertido en un serio problema que «no reconoce fronteras, ni geográficas, ni humanas. Ataca por igual a Países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos a hombres y mujeres».

Lamentablemente –dijo en un comunicado el arzobispo de Tuxtla, «la comercialización de la droga se ha hecho algo cotidiano… debido a los enormes intereses económicos en torno a ella, lo cual nos están cobrando la vida de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, además de desintegrar a las familias a convertir a nuestras comunidades en sitios de lucha».

Más adelante, monseñor Cabrera López reconoció los esfuerzos que el Estado hace para combatir el uso y el tráfico de drogas, pero, dijo, «la Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que afecta a la humanidad».

«Por ello en el documento de Aparecida los obispos hemos hecho un llamado para dirigir la labor en tres direcciones: la prevención, que va en una educación y formación, por el valor de la vida y la dignidad de la persona; el acompañamiento para los que ya son victimas de esta situación, se sienta acompañados y amados: y el apoyo de las iniciativas políticas para erradicar este mal haciendo una lucha frontal contra el consumo y tráfico de drogas», enfatizó el arzobispo de Tuxtla.

El comunicado de monseñor Cabrera López terminó a «sumar todas las fuerzas de prevención y en los casos concretos el acompañamiento con instituciones reconocidas y apoyadas por las autoridades. A los padres de familia, educadores, catequistas y pastores nos toca estar atentos de nuestros niños y jóvenes y presentarles una formación adecuada. Esta es una tarea de todos».

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ZENIT Staff

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